Rayito recordaba su niñez tan llena de pasajes surrealistas en donde no se le permitía correr libre con la cara al viento, como lo hacían los demás animales del bosque. No emprendía porque tenia que estar sujeto a aquella vil soga que lo obligaba a quedarse atado , inmóvil, sin tener la mas mínima idea del porque. Pero Rayito, creció y rompió aquellas ligaduras que le robaron su infancia.
“El dolor duele pero forja caracteres” le dijeron.
Se convirtió en un bello unicornio.
Pero como todo unicornio, su precioso cuerno lo elevaba por encima de las demás bestias del bosque, y a menudo su atributo mas valioso era también su maldición. Pero nació unicornio y emprendía su misión.
Los unicornios nacen con un alma transparente y un corazón dorado, pero también nacen con la habilidad de comprender todo, y por eso, cuando el sentido común brilla por su ausencia el unicornio embiste impaciente intentando hacer entender a las demás bestias del bosque. Pero el bosque esta encantado y no se puede romper el maldito hechizo que mantiene prisioneros a los demás.
Rayito poseía un espíritu rebelde y bohemio, feliz y desinteresado, inestable como un huracán pero apasionado como un fuego inextinguible. Era un ejemplar perfecto de lo que no cabe, un ser desahuciado, una oveja que no sabia balar.
Y es por eso que le dolía el alma a veces y derramaba amargas lágrimas de cólera como si fuera su culpa el no ser como los demás animales.
No desmayes bestia sublime que tus alas no te dejan tocar el estiércol al pasar por la ciénaga inmunda; no olvides que el bosque esta encantado y que no te afecta como a las demás bestias insulsas.
El bosque encantado es malo y a veces te quiebra el espíritu pero no te puede vencer porque naciste unicornio y estás excluido de la imbecilidad.
Rayito se irguio y elevo su mirada hacia el despejado cielo. Había escuchado la voz de la razón, la voz de la verdad, su propia voz. Y se fue galopando, libre con la cara al viento hacia lo profundo del bosque encantado a retozar con las bestias otra vez.
Pobre unicornio... son puros de corazón como bien relatas... en un mundo demasiado lleno de sin razón y sin cordura...
ResponderEliminarMe encantó el relato.
Intentaré ponerme al dia de esta huida para la pintura...
Gracias por estar en mi casa en mi ausencia..
Un besote.
Pobre Rayito T^T topa su infancia atado :(
ResponderEliminarMe agradó!!! Por cierto los unicornios tienen alas?¿ No eran esos los pegasos?¿ o era una metafora ?¿ jajjaja soy un poco cortita :P
Por cierto, estoy totalmente deacuerdo en eso de que no hay que suplicar para k uno esté al lado de alguien por mucho k lo quieras, no se puede obligasr. Estará a tu lado si te ama de verdad :D
Besote sy cuidate!!!
Mientras no pierda su cuerno todo le ira bien en la vida y no hay bosque tenebroso ni profundo que le pueda vencer.
ResponderEliminarBesos desde el aire.
* Gala, Es un placer pasar por tu casa, tan divertida y confortable.
ResponderEliminarGracias por pasar por la mía
Besitos.
*Sonia, Los unicornios no tienen alas como dices el que las lleva es Pegaso :)
Besotes
*Rosa, Quizás estar en el bosque tenebroso sea peor que perder el cuerno.
Soñemos que en algún lugar mágico sigan corriendo sin miedos ni sombras...
Besos :)
Me gustó tu fábula, esa reivindicación sentida de la diferencia, esa dimensión simbólica y poética que de la existencia trasluces, y además que tu escritura fluye sin saltos y armónica.
ResponderEliminarSaludos blogueros
* Jose Antonio, Gracias por dejar constancia de tu visita y por tus palabras.
ResponderEliminarEspero que no sea la última ves, puedes visitarme cuando quieras.
Saludos :)