Te soñé... solo era una niña, o quizás tan solo el proyecto de la muchacha soñadora que fui, cuando mi mágico mundo interior perfiló tu silueta. Te sentía con fuerza amor, me preguntaba donde estarías y en qué ocuparías tus días. Sabía que estabas lejos, en tierras lejanas con otros vientos y otra lengua, sabía que tenía que tener paciencia y esperarte hasta que por algún motivo nos descubriéramos en uno de esos cruces de caminos. Tenía miedo a no distinguirte. Pero sabia algo, algo que me repetía constantemente como uno de esos mantras... Sabia que eras un hombre bueno, de tierras lejanas y de lengua extranjera.
Te soñé... solo era una niña, o quizás tan solo el proyecto de la muchacha soñadora que fui, cuando mi mágico mundo interior perfiló tu silueta. Los años fueron pasaron, no sé si lento o rapido pero pasó, y aunque a veces pensaba en ti; en tu sol y en tu piel salada de mares u océanos, en tus aventuras en países lejanos, en esas palabras nuevas que aprendería contigo, es verdad que tu silueta se desdibujó en un horizonte al que nunca llegaba. Y te olvidé creyendo que eran sueños de una niña que esperaba que su príncipe en su caballo rojo la rescatara de su almena... y te olvidé.
Te soñé... solo era una niña, o quizás tan solo el proyecto de la muchacha soñadora que fui, cuando mi mágico mundo interior perfiló tu silueta. Ha sido larga la espera amor mio, hubo días que te sentí mágicamente cerca. Hubo días que te pedía que llegaras pronto, antes de que la vida pasara. Ahora soy una mujer distinta a la mayoría, con sus luces y sus sombras, una mujer que reconoció que eras distinto a todos, a todos. Ahora sé que tus tierras serán las mías y tus vientos los míos y aprenderé todas esas palabras nuevas que un día supe que llegarían y olvidaré todos los caminos porque no habrá mas caminos que los que decidamos recorrer a partir de hoy. Amor mío, ahora conozco tu sonrisa, tu mirada y tu corazón guerrero que sobrevivió a duras contiendas. Te esperé amor mío, media vida estuve aquí escribiéndote y pensándote... Y ahora viviré lo que me queda contigo, te distinguí entre todos los hombres, te esperé, te amé, no tengo dudas ni miedos, hoy voy de tu mano y sé que todos mis caminos llegaban a ti. Mis botas gastadas se quedarán fuera. Vuelvo a ti. Si, amor mio, yo... te soñé.