Si os sois sincera no recuerdo como surgió la cosa de acompañarlas, porque no es un lugar que suela ir a menudo, mas bien poco o nada, (quizás si en esa época de juventud, cuanto intentas buscar aventuras y sensaciones nuevas -pero esa es otra historia-).
Me vi en el coche montada con dos vecinas y mi madre dirección Cementerio para adecentar las tumbas de familiares y amigos.
Era Marzo, aún no habían cambiado la hora de verano, pasamos toda aquella tarde de tumba en tumba, de recuerdo en recuerdo...
A las seis tocan la campana para avisarnos a todos que se va a cerrar el cementerio, el encargado espera 10- 15 minutos 20 cuando le apetece y después se marcha a casa, nosotras sabíamos que andábamos apuradas de tiempo , la manilla de mi reloj indicaba 5 minutos más de las seis.
Así lo hice saber a mis tres acompañantes.
- Habéis oído la campana????
- nooooooooo
- Vámonos
Metimos todos los bártulos en el coche y ¡ Horror! La cancela estaba cerrada.
Nos dirigimos todas "en bloque" (ninguna quicimos quedarnos solas en en el coche) a la puerta principal para avisar que la puerta del aparcamiento estaba cerrada pero...
¡ Estávamos solas dentro del cementerio!
llamamos al encargado y nada... silencio sepulcral (nunca mejor dicho)
- Alguien trae el móvil???
Entonces visualice el mio allí... en casa... en la mesita junto a la cama y mi pensamiento justo antes de salir de casa.
" Va! para que voy a coger el móvil sólo será un rato el que esté fuera"
Ninguna vio apropiado en llevar el móvil, nos asomamos por las rejas de la puerta central y gritamos, gritamos mucho...
Después de 20 minutos vimos a un señor que iba en moto.
- EEEEEEEEH ayudenos!!!
- Socorro!!!!
- EEEEEEh señor aquí!!!
El hombre frenó en seco aturrullado y nervioso, casi se da de fruses en el suelo al ver aquella imagen tan peculiar.
Intento visualizar lo que vio: Unas manos saliendo entre los barrotes de la cancela, unas caras desencajadas por el estres y el desconcierto.
Sin duda escalofriante....
Sus pasos fueron lentos y temerosos en un principio pero rápidos cuando descubrió que eran 4 señoras.
- Nos hemos quedado dentro y no tenemos móvil por favor haga algo, ayudenos!!!
- Yo soy trabajador de aquí, tranquilizaos! Voy a ir donde tenemos las llaves y vuelvo en seguida.
El azar nos había ayudado, cual es la probabilidad que un trabajador pase justo en un momento así, no lo sé pero ocurrió...
Todas estábamos en silencio, no hacía falta hablar mucho, todas sentíamos lo mismo y pensamos que si hablábamos de nuestros miedos nos lo contagiaríamos y sería aún peor.
"Yo pensaba que habíamos tenido suerte incluso de no tener móvil, porque me veía en el periódico local ante la atónita noticia - 4 señoras se quedan encerradas en el cementerio y son rescatadas por la policía y los bombero- incluso me veía pasando la noche allí, nuestras familias preocupadas y dándonos por fugadas. También me veía saltando la valla como si fuéramos gatos o... delincuentes"
- Señoras!!! Las llaves no están allí pero voy a ir a la central, voy a tardar un poco mas.
Tenía la esperanza de que todo fuera una anécdota, el hombre llegaría, abriría la puerta y todas a casa a contar lo sucedido, pero ya no lo veía tan fácil, la tarde estaba dando paso a la noche y las sombras comenzaban a dar un tono oscuro a todo el lugar.
Permanecí largo rato observando la calle central del cementerio, con las tumbas a sus márgenes, poco a poco una peculiar niebla se entendía a ras del suelo... y el frío no se si atmosférico o causado por los nervios se empezaba a sentir.
45 minutos después el mismo señor con otro en coche aparecieron con paso rápido.
Abrieron la cancela, entraron y nos acompañaron hasta la zona de aparcamientos al otro extremo del cementerio, recorrí todo el lugar con la perspectiva nocturna que quieras o no es un tanto... inquietante, algún gato saltaba entre las lápidas y sus ojos reflectaban esa luz fantasmal ...
Llegamos al coche, nos abrieron la cancela y volvimos a casa, sanas y a salvo, seguiríamos siendo anónimas aunque seguro que aquel señor no nos olvidará porque le dimos un buen susto.