Carlos el sobrino de Eloy trasteó en el hueco de la escalera encontrando un tubo donde enrollados permanecían ajenos al tiempo varios póster.
El jovencito los sacó del tubo y los observó como si fueran pergaminos, imágenes de personas que un día fueron relevantes pero que él no conocía.
Eloy lo sorprendió justo cuando desenrollaba a SuPeR LoPeZ.
Para Carlos el personaje de esa viñeta no era desconocido, su tío le había prestado los cientos de cómics que tenía en la estantería del salón.
Para Carlos el personaje de esa viñeta no era desconocido, su tío le había prestado los cientos de cómics que tenía en la estantería del salón.
- Me lo das tío Eloy???
Había olvidado que estaban allí. Observó detenidamente el póster que su sobrino portaba... tenía 20 años o más, sin embargo aquella viñeta parecía estar mas actual que nunca.
" Don Anselmo, el dueño del bazar de la esquina de casa de Eloy lo tenía en su escaparate, él se quedaba siempre unos momentos mirándolo antes de entrar y comprar. Un día le preguntó a Don Anselmo si cuando no lo necesitara podría dárselo. Le respondió que cuando acabara la promoción que anunciaba podría quedárselo.
Durante cuatro meses pasaba por la puerta o entraba a comprar, miraba el póster rogando que Don Anselmo se acordara de su promesa.
Un día pasó por la puerta y.... ¡¡ El Póster No Estaba !!. Entró muerto de miedo pensando qué podría haber hecho don Anselmo con el póster, pero al entrar vio que estaba en un rincón del mostrador, enrollado, esperándole. Ese póster estuvo en la cabecera de su cama durante años y al parecer volvería a otra cabecera dos décadas después ".
- Claro que si, Es tuyo!!!
El sobrino sonrió satisfecho.