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♥ Entra y siéntete en casa ...

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viernes, 14 de abril de 2023

H


 Aquí las veo por todas partes; en los patios, en los jardines, en las aceras... no quiero decir con esto que haya una especie de invasión simplemente que alguien como yo simplemente las encuentra.

Cuando las veo me traslado de forma automática a mi infancia, cuando siendo aún una niña me sentaba en el quinto escalón del patio de mi casa con la merienda, con un bocadillo de lo que fuera, de lo que tocara aquella tarde. Y allí en ese escalón... el hormiguero

Mi madre luchaba contra él continuamente, lo fumigaba, lo tapaba, era una batalla constante, pero aquel hormiguero resurgía una y otra vez de lo que probablemente fuera un apocalipsis tras otro. Y yo vivía aquel resurgir como una nueva victoria.  Porque yo era una niña que compartía mi merienda con las hormigas. Las observaba en silencio y fascinada por su capacidad de comunicación y espíritu comunitario para poder introducir por el pequeño orificio del hormiguero los pequeños  trozos de merienda. 

Pasé muchas horas en contemplación de las hormigas, probablemente quise ser una de ellas. Cuando dibujaba, uno de mis dibujos favoritos era dibujar el interior de los hormigueros; laberintos enrevesados llenos de sorpresas y vestigios de otros tiempos olvidados por el hombre y que ahora pertenecían a ellas, las hormigas.

Ahora que soy una mujer adulta imagino que tendría que tener esa guerra silenciosa ante el invasor, y entonces agradezco que allí donde vivo no las vea nunca, porque no podría matarlas. Seria como fumigar a un amigo.  Imagino que pasé demasiados días junto a aquel hormiguero, el hormiguero supremo, y que yo me convertí un poco en ellas, y que en el fondo, muy al fondo, en ese rinconcito del corazón donde rara vez alguien se molesta en mirar, encontraría mi hormiga interior. He ahí el secreto del por qué las vea con tanta facilidad; en las aceras, jardines y patios. Aquí, en las tierras cálidas del sur, las veo en todas partes.







domingo, 9 de abril de 2023

Almas sensibles

 

Es sabido que cuando dos personas se aman cada una de ellas entrega parte de su alma a la otra.

Es sabido que cuando una de ellas muere la parte de ti  que vivía en ella muere con ella pero … la parte de ella que vive en ti vivirá contigo siempre.

Voy a ir al norte

¿Al norte, que norte?

A las cascadas de Guaduxú en las tierras frías del lago encrespado, voy a ir allí para que pueda verlas. Siempre le gustaron  los lugares salvajes e inhóspitos...