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♥ Entra y siéntete en casa ...

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lunes, 20 de mayo de 2019

Pisadas en las nubes



Soy una de esas personas que crecieron con un perro en casa. Ella estuvo toda mi infancia y buena parte de mi adolescencia conmigo.
Recuerdo el día que su corazón dejó de latir y mi padre la tumbó en el suelo del salón, recuerdo como me senté a su lado y acaricie por última vez su lomo y sus orejas. Sabía que nunca más me reiria con ella,  nunca más, sabía que sería mucho tiempo, tener que imaginar mi vida sin ella era un ejercicio imposible de realizar en ese momento pero con los años descubrí que nunca se olvida, que permanece en ti porque fue como una hermana, una amiga incondicional durante muchos años.

Mi madre nos reñia por llorar por ella. "No se puede llorar por un perro que puedes enojar a Dios '.   Pero yo no podía de dejar de llorar su ausencia.
Mi padre la  enterró en un campo cercano, bajo el árbol más grande de los alrededores.
Los días fueron pasado y algo extraordinario pasó a pocos días de su muerte... la escuchaba, escuchaba sus patas deambular por la casa.  Durante un segundo creia que seguía en casa y que no había muerto, sin embargo aquella sensación duró mucho,  mucho... y sólo el paso de los años diluyó aquella sensación de escuchar sus pasos en casa, aquello se convirtió en algo tan cotidiano que apenas le prestabas atención.  La recordabas  y durante un segundo creias escucharla. Eso era lo que pensabas, lo que la lógica te decía.

Los años han pasado y mi lassie tiene compañía bajo el mismo árbol ... Rino Pino (el hámster), Sonic (el erizo),  y Alejandro (el gato).

Los años han pasado, más de veinte, y aún recuerdo con una mezcla de inquietud y ternura como la eché tanto de menos que incluso la llegué a escuchar cuando su alma perruna ya estaba en las estrellas.  Aunque quizás sea más común de lo que imagino y son ese tipo de cosas que casi todos sentimos y nadie cuenta para evitar tener que enfrentarnos a esa sonrisa incrédula, esa sonrisa  de los seres inteligentes y plagmáticos. 
La vida de los soñadores y espirituales es complicada... ¿No creéis?.





lunes, 13 de mayo de 2019

Coyote





Hace unos días una convesación agena me despertó recuerdos olvidados y me ha parecido una  idea divertida compartirlos con vosotros ...

Yo fui una de esas niñas que creció jugando en la calle y viendo dibujos animados;  Tom y Jerry, la hormiga atómica, los autos locos.. eran dibujos geniales, aunque había uno que me ponía de los nervios,  no era otro que el Correcaminos.

Yo era del Coyote, o sea, del perdedor eterno,  pero yo en cada capítulo esperaba que el incansable y frenético Coyote se comiera al pasmado y altivo pajarraco.  Pero nada, nunca ocurría.  Creo que ahí sentí frustación por primera vez en la vida.

Siempre  guardé mis pensamientos en secreto pero un día compartí mi idea con mi hermano, que era mi compañero  de juegos en muchas ocaciones .  Nos sentábamos los dos en el suelo para ver los dibujos animados, a veces con un polo helado, otras con chicles de fresa ácida...

-Estoy cansada de que el Coyote nunca alcance al Correcaminos . ¡Estos dibujos no tienen sentido!

Mi hermano me miró e hizo una pompa de chicle gigante perfecta. Sin que le explotara en la cara, y me confesó algo increíble .

-Pues me ha dicho Bullo - mote de un amigo del barrio- que en el último capítulo se lo carga. Tiene un primo en América que lo ha visto.

-¿Y cómo se lo carga?  Pregunté con sorpresa.

-Ni idea. No me lo dijo pero tendremos que verlos todos para encontrar el último.

Consiguió que viera con entusiasmo cada uno de los capítulos. Vi miles, años enteros esperando un final que nunca llegó.  Me hice adolescente, me hice mujer... Pero ... aunque se que ese capítulo no exite guardo dentro de mí el deseo de encontrarlo,  de que el incansable Coyote gane al presuntuoso Correcaminos.  Igualmente guardo con fascinación el recuerdo de cuando todo lo increíblemente alucinante le ocurría a esos primos de América que nunca conocíamos pero que escuchábamos sus historias como las cosas más chulas del mundo sin darnos cuenta que lo verdaderamente chulas fueron nuestras vidas,  la vida de la última generación que jugó con libertad en las calles de sus pueblos sin miedo a nada.






martes, 7 de mayo de 2019

La bella .... Carolina


Iba a ser un domingo especial. Era el dia de la madre y los primos vendrían a comer y pasar el dia . Se levantó muy temprano y por la mañana estuvieron en el parque con el tío Martín. Cuando volvieron a casa  la paella ya  estaba en la mesa. Los cinco primos se lavaron las manos todos a la vez y se sentaron en sus sillas todos apiñados. 

Los padres se quedaron tomando café y alguna Copita en la sobremesa y los niños correteaban por la casa. Jugaron al escondite durante horas, hasta la hora que sus padres plantearon marcharse y fue ahí cuando Carol no apareció.
¿ Donde está Carolina ?
Un acto de búsqueda sin importancia se convirtió en nervios contenidos después de 15 min. sin ella y en desesperación a la media hora .

Llamaron a los vecinos por si la habían visto y la llamaban a gritos...  la puerta había estado abierta casi todo el dia.  Los primos no sabían  decir el tiempo que hacía que no la veían.
Llamaron a la Policía después de una hora ... tomaron declaración y escucharon todos los detalles de los acontecimientos... las 24 primeras horas son crusiales para encontrarla.
Las horas fueron pasando y la desesperación, los gritos y llantos se apoderaron de aquel hogar que horas antes era un lugar de risas.

Cinco horas después de la desaparición el padre de Carol buscaba en su dormitorio una foto de su niña,  tenía una reciente en la cartera...   creyó que le daba un infarto cuando el colchón de su cama se levantó dejando a la vista el canapé. Vio una almohada saliendo fuera y tras la almohada su pequeña Carol. 

- Papá no les digas a los primos donde estoy, quiero ganar el juego

El padre preso de los nervios y el asombro, entre el enfado y la alegría sólo pudo cogerla en brazos y abrazarla.

- ya has ganado.

Entre sus brazos la llevó al salón donde estaban todos .  Si, hoy había ganado; ni los primos, ni sus tíos y padres, ni siquiera la Policía había encontrado su escondite...  - el mejor escondite del mundo- pensó la pequeña Carolina.  Un escondite tan perfecto y cómodo que se había quedado dormida mientras todo el barrio la buscaba.



jueves, 2 de mayo de 2019

La estupidez mortal



Hay ciertas cosas que no se pueden deshacer, no tienen vuelta atrás,  y yo lo  he comprobado de primera mano.  Me veo aquí por un momento torpe en un acto cotidiano. Nunca me perdonare la absurda torpeza que me llevó a el suelo de la cocina sobre el charco de mi propia sangre.

Mi compañera de piso me encontró a las diez menos cuarto de la mañana. Cuando llega de su jornada nocturna del hospital. Si, había muerto, el cuchillo abandonado en la escena del crimen había entrado en el cuello como un punzón causando una emorragia atroz.
La Policía y los servicios sanitarios llegaron.  Mi amiga lloraba todo el rato y declaró que no tenía enemigos, ni novio conocido y que era una persona alegre y animosa, incluso les dijo lo del viaje a Transilvania. - le gusta mucho la historia de Drácula y quiere  ver su castillo y todo aquel país de cementerios y nieblas -  habló en presente;  aún no asimilaba  que pronto estaría en mi propia  parcela de cementerio.

Investigaron a todos mis hallegados, incluso a ella.  Nadie podía entender que estaba en esa situación por un acto estúpido...  aquella mañana cogí el cuchillo,  me agache para abrir el pack de paquetes de leche,  tenía el cuchillo en la mano y me apolle en la mesa para acercar con la otra mano el pack . El cuchillo alzado se clavó en mi cuello,  entró fácil ... sentí como agua caliente correr por mi cuello y mi pecho.  Dejé caer el cuchillo asustada por cómo brotaba tanto rojo ... me desmalle y lo demás ya lo sabéis .
Soy de ese tipo de personas que una tontá la llevó a la orilla muerta y ahora que se que no hay retorno ni comunicación alguna con la orilla de vivos me alegro de haber dicho te quiero y de tantos besos que di porque ahora en la fría y solitaria muerte es lo único que me alimenta en este estado de sopor eterno.