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♥ Entra y siéntete en casa ...

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jueves, 29 de marzo de 2018

Mirar


Me gustaría poderle mirar de lejos. Como sino le conociera. Como si el tiempo se parase y no hubiera nada más entre ese al que miro y yo.
Me gustaría verle andar por la avenida con prisas para no llegar tarde a ese lugar donde va cada mañana.
Me gustaría poder mirarle desde algún punto anónimo mientras se toma el café de máquina y por un momento poder intuir en su mirada en que piensa mientras saborea el café mirando la ciudad tras la ventana .
Me gustaría poderle mirar de lejos... como sino le conociera.



martes, 27 de marzo de 2018

Prisma




Hoy antes de que el sol saliera escuché el sonido del tren.  Ese tren  que me alejara de ti en unos días.  Escucho el redoblar de las campanas de la Iglesia de esta isla  en mitad de un mar de naranjos.  El sol brilla y los sonidos que hace unos días eran desconocidos hoy ya son inapreciables.  Conozco el crujir de las paredes,  la luz cambiante de la  mañana, conozco el sonido de la llave de casa justo antes de ese beso y ese abrazo mecido.
Encontré un cielo turquesa,  aromas nuevos y una mirada que nunca antes había visto.  Si... hay colores que sólo se descubren tras el prisma de la armonía, la confianza y el amor.




martes, 13 de marzo de 2018

Ausente


El conductor vio al niño haciendo dedo en mitad de su ruta, en mitad de dos pueblos ampliamente distantes.  Cuando paró el auto a la altura del chico reconoció el traje de ese colegio.  Recordaba ver a los niños corretear por las plazas con ese atuendo.   El niño al ver que el auto para sube callado, no saluda, no dice nada. El conductor al ver que no dice nada le pregunta donde quiere que lo lleve.
"Yo le diré donde me bajo" contesta el niño como ausente mirando por la ventana.
"¿ Vas a la escuela? " 
"No" Contestó el niño con desgana
El conductor cuando vio que no contestaba mas que con monosílabos dejó de preguntar y viajaron un buen trecho en total silencio, solo alterado por las piedras del camino que golpeaban los bajos del  viejo auto.  En un momento del viaje, cuando se acercaban a un cruce el niño habló;  "En ese cruce me bajo" - no dijo más-.  El conductor  paró, el niño bajó, en mitad de la nada, lejos de cualquier lugar.  Cuando fue a arrancar, el coche despide un fuerte olor a quemado, le sobresaltó, el auto  no arrancaba y el hombre sobresaltado salió para ver de donde provenía ese olor,  el auto no parecía tener nada anómalo, la puerta de donde se bajó el niño aún estaba abierta.  Miró la esterilla del suelo del auto de donde estuvo sentado el jovencito y parecía quemada, pero al tocarla estaba fría, se asomó a los bajos del coche y no había nada anormal.  Cerró la puerta del auto y miró  buscando al niño.  Había pasado apenas tres minutos desde que paró en aquel cruce en mitad de la nada.  Podía ver el campanario del pueblo, el horizonte  se dibujaba claro, aún así el niño desapareció, no sabía  que dirección tomó.  Miró el camino de tierra y observó sus propias huellas bordeando el coche, buscó las del jovencito que se bajó escasos minutos antes.  No había nada. El niño no estaba.  Simplemente se esfumó.






jueves, 8 de marzo de 2018

Lagartija



La lagartija se encontraba en la pared de la casa de ella, y ella estaba a su lado. Era la niña más bonita del barrio y puede que hasta de la provincia. Y por suerte era su mejor amiga, incluso podía decir que era su única amiga.

La lagartija tomaba el sol ajena a que él la observaba con la intención de quererla capturar, meterla en un tarro con varios agujeros y convertirla en su mascota del verano.  Lo único que le frenaba era ella, no quería  parecer estúpido saltando sobre la lagartija y que se le escurriera.  Prefería estar allí comiendo rebujinas y mirando como su melena caoba brillaba al sol.  AY!!!  Era un hombre feliz, aunque su madre le dijera que le faltaba un buen trecho para madurar.

La lagartija permanecía innovil, tanto como él.    Su mejor amiga se levantó y antes de que se diera cuenta, como un guepardo  en la sabana, un visto y no visto,  la chica mas guapa del barrio, su única amiga, tenia la lagartija en su mano.  La apretaba con fuerza. Entró en casa y poquísimos minutos después salía con un tarro con algunos agujeros, la lagartija quería escapar pero era del todo imposible.  Ella se dirigió a él y se la regaló bajo la consigna que fuera la mascota de ambos. Él aceptó.

La lagartija perfecta en colores y formas permanecía dibujada al final de la espalda de la chica más bonita de la provincia y puede que hasta del país.  Habían pasado algunos años. Él había tenido algunas novias y ella algunos novios. Por fin había madurado, al menos eso era lo que le decía su chica, aunque no sabía si era muy fiable viniendo de ella. Era bastante terremoto en muchas  ocasiones, pero le encantaba. Justamente fue eso lo que le enamoró.  Ahora en las tardes ociosas de primavera la mira y recuerda aquella tarde cuando capturaba lagartijas y la apretujaba con fuerza con esa mueca de niña indomable. Aún sigue con esas muecas cuando algo le gusta de verdad.











lunes, 5 de marzo de 2018

EspinaS




¿Sabes lo que necesitas?  Amor.  
Porque el amor aporta calma y la calma permite pensar.  
A menudo se necesita la calma para vivir y poco más, 
lo que nunca se necesita es odio.  
El odio nunca resuelve nada, lo complica todo, 
te hace llegar a ese punto de no retorno.  
El odio es soledad, agujas incandescentes, 
arenas de pantano que te engullen.  
Stop.  
Para vivir se necesita calma. 
Y esa calma te llevará al amor.  
Eso es lo que necesitamos todos.





jueves, 1 de marzo de 2018

Vertiginosamente




En cierto modo no quería confesarle lo que pensaba, seguía recelosa a todo aquel que se sentía interesado por ella.  Él le tocó la mejilla suavemente en una caricia, su corazón latía tan fuerte que seguro él podía oírlo. Le retiró el pelo hacia atrás, el roce de sus dedos les enviaba señales de alerta.  Iba a besarla.  Eso era lo que ella quería ¿no?¿Porqué se sentía temblar al borde de un precipicio a punto de caer en cualquier momento?.  Entonces sus labios se encontraron y dejó de pensar.  Solo sentía la ternura de ese beso,  su primer beso en casa, la fuerza de sus brazos rodeándola, el latido de su corazón.  Había un precipicio y ella estaba cayendo vertiginosamente enamorándose de él.