Páginas

♥ Entra y siéntete en casa ...

♥ Entra y siéntete en casa ...

jueves, 29 de enero de 2015

Mentes coincidentes

No eran ya adolescentes. Se había conocido en el supermercado, entre los congelados y los lácteos. 
Ambos tenían su  propia vida, varios ex-,  familia que los acogía amorosamente y amigos  a los que veían con cierta regularidad, ninguno tuvo hijos y eso los mantenía con la libertad de jóvenes eternos.
Con él vivía un sobrino que estudiaba en la Universidad. No permitió que pagase el alquiler de ninguna vivienda teniendo una casa tan grande donde podría quedarse el muchacho con toda la libertad que necesitase. Sabía bien lo que eran esos años y no se metería en nada,  a no ser que atentara a la salud y bienestar de su sobrino. Resultó ser un chico más ordenado y responsable que él mismo.





- ¿ Quieres entrar en casa? Preguntó ella  apretando los labios, con una mueca de puchero.

- Ahora!? Respondió desconcertado. No se esperaba aquella invitación justo hoy.

aja   balbuceó asintiendo con la cabeza.

- Seguro??? 

- En las otras citas dudaba... pero lo he superado. Estoy segura.   Se mordió con cierta inseguridad el labio superior.

- Vale, le pondré un mensaje a mi sobrino.  Buscó el móvil en un par de bolsillos, la luz del teléfono iluminó la oscuridad del vehículo que sólo se alumbraba por las farolas de la calle en la que estaban aparcados.

- ¿Le has hablado de nosotros? Preguntó ella mientras él accedía a la aplicación de mensajes instantáneos.

- Claaaaaaro.  Sonrió contagiándole a ella otra sonrisa.

- Hola. Estoy apunto de acostarme  con Julia por primera vez. (punto) Estoy nervioso. (punto) Deséame suerte...  (puntos suspensivos) emoticono guiñando un ojo y...   Sonrió contagiado por la risa de Julia al escuchar el supuesto mensaje que le mandaba a su sobrino y que él redactaba en voz alta mientras escribía con ambos pulgares.



Un par de segundos después el muchacho recibía el mensaje mientras estaba en la cocina buscando algo que preparar para la cena.  Leyó el mensaje mientras abría una bolsa de verduras congeladas.

" No me esperes esta noche, me ha surgido algo. No te olvide de meter a Marcelo dentro de casa y darle de cenar sino tiene nada en el comedero. Habla un rato con él para que no se sienta solo"


El muchacho se dirigió de inmediato a la jaula de Marcelo y vio que tenía bastante comida.  El loro le habló y el chaval le siguió la  conversación incitándolo para que  dijera una de esas palabras feas que tanta gracia le hacía escucharla de  un animal alado.










12 comentarios:

  1. Pues hombre la cosa está muy bien; todos los días no se acuesta uno con Julia, y lo puede soltar así tan alegremente.

    Besos Nieves.

    ResponderEliminar
  2. ¿ESte no va a continuar?
    El final de tú entrada anterior me resultó bastante sorprendente, crudo como la vida misma, y bien resuelto despues de todo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Nieves¡¡¡ que me he líado...jajaj el comentario de antes, es mío.Es que no me di cuenta y entré conla cuenta de mi marido...que es ese señor, que se llama Tomás¡ jajaj cabeza loca la mia
    Bss

    ResponderEliminar
  4. Mar, no me llegó el mensaje de tu marido... me quedo con la intriga de lo que escribiste. :)

    Besos!!

    ResponderEliminar
  5. *Gracias Amapola azul, tus visitas siempre son bienvenidas.

    Besitos:)

    *Rafa, a que si! Es un momento para festejar jajaja Aunque lo que dijo que escribía y lo que escribió no coincidían en nada... :D

    Besos !!!

    * Pues no sé Tejón... La verdad es que lo escribí sin pensar en mas entradas... en forma de cliché, pero puede que lo amplie, todo es cosa de visualizar este momento ficticio y ver un poco más...

    Besines :)

    ResponderEliminar
  6. No? esto de internet, es una locuraaa
    Jaja feliz finde

    ResponderEliminar
  7. Bonita historia, promete.
    Qué bien tener un tio cómo él.
    ¿El loro que ha dicho? jaja
    Besos

    ResponderEliminar
  8. Si ella lo invitaba sólo a tomar una copa, no se sabe, pero él aclaró bien lo que esperaba, aunque el mensaje al sobrino fue diferente.
    Creo que da para una continuación y saber qué pasa entre esos dos.
    Besotes, Nieves.
    :D

    ResponderEliminar
  9. Está claro que ya había cierta complicidad y confianza entre los dos, y tras la presumible experiencia en la soltería, ya no queda otra que dejarse de rodeos...

    Me gustan tus relatos por eso, porque se identifican con el título de mi blog, porque tratan de la vida misma...
    Un abrazo, sigo sin arreglar este trasto y se me amontonan los relatos en un ordenador viejo que no tengo conectado a internet...

    ResponderEliminar
  10. *Vero, he decidido ampliarla un poco y así sabrás lo que dice el loro :)

    Mil besos amiga )

    *Mirella, La complicidad y jegueteo se refleja en ese mensaje, él le deja claro sus intensiones que con seguridad coincidían con ella pero claro ese mensaje forma parte de ese juego ya que en verdad lo que escribe es algo totalmente distinto.

    Mil besos!!!


    *Rubén, Te echo mucho de menos, a ti y tus relatos, pienso ellos a menudo.
    Espero que puedas tener un ordenador digno de ti y tus relatos...
    Seguiremos esperando. :D

    Gracias por tus palabras.
    Besos!!!

    ResponderEliminar
  11. Nieves, otra historia para atraparnos en su tela, me causó gracias el nombre del loro, Marcelo, un abrazo y sigo!

    ResponderEliminar

Hola chic@s!!!!
Gracias por visitarme, por estar y compartir tus pensamientos....