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viernes, 7 de noviembre de 2014

La Montaña







Aún la luz del día iluminaba las calles.  El colegio del pueblo permaneció  cerrado a cauda del desprendimiento de uno de sus techos a causa de la colosal nevada de dos noches antes. La pequeña Yolanda de 8 años había estado en el salón junto a la chimenea todo el día, haciendo deberes del colegio, dibujando, viendo televisión  y jugando con sus muñecas.

Pedro,- el vecino - había limpiado la entrada de toda la nieve acumulada. Dijo que no le importaba limpiar unos metros más.
Amalia le preparó un GRAN tazón de arroz con leche y una olla de caldo con pollo para agradecerle el esfuerzo.

Acababa de dar una vuelta a Yolanda para ver que seguía todo en orden. Metió otro tronco en la chimenea que no tardó en arder. La niña, se había quedado dormida en el sillón. Volvía al ordenador donde trabajaba cuando el pueblo se quedaba incomunicado cuando escuchó el crujir de la nieve en su puerta. Esperó un instante hasta que el timbre sonó.
Abrió la puerta y al descubrir quien era tuvo que agarrarse con fuerzas al pomo para no tambalearse presa de los nervios. Apenas podía ver su rostro a causa de una barba poblada y un pelo negro y rizado que le cubría parte de los ojos y las orejas, la  ropa que llevaba era de montaña, acartonada por las nevadas y el vivir en la intemperie.  ¿ Dónde has estado? fue lo primero que salio de la boca de Amalia.  En la montaña  Respondió el hombre mirando tras él. Señalando con la mirada la Gran Montaña del norte. Creo que me perdí pero ayer encontré el camino.   Metió sus manos en el bolsillo del chaquetón de montaña.



El hombre se sentó junto a la chimenea con aspecto de aturdimiento como si estar en un sillón junto al fuego fuera escena de otro mundo.
Amalia se sentó frente a él.  En el suelo con la sensación de estar frente a un fantasma...

Hace 8 años el hombre que tenía sentado en el sillón marrón de cuero era su marido. Hace 8 años una mañana de Noviembre  su marido marchó con tres amigos a escalar la Gran montaña del norte, era una tradición subir esa montaña poco antes de navidad. Aquel año hubo un desprendimiento y una ola de nieve los engulló.   Rescataron a los tres amigos, uno de ellos luchó en coma dos meses en el hospital hasta que la parca lo arrancó de este mundo. Juan el marido de Amalia nunca lo encontraron, nunca apareció a pesar de que cuando llegó el deshielo el pueblo realizó batidas de búsquedas sin resultados. La montaña lo engulló, desapareció sin más.  A los cinco años una carta del gobierno le anunció que era viuda legalmente.  
Era incomprensible como podía haber estado perdido 8 años y aparecer sin más una buena mañana. La montaña lo devolvió ... el tiempo había pasado, había llorado mil noches, la mitad de su alma se había quedado en la montaña, pero el tiempo pasó y aprendió a vivir sin Juan. Un día comprendió que debía seguir adelante, debía guardar ese amor en un bonito baúl y seguir  en vida...  Y así fue, cuido a su bebé y la vio crecer, trabajaba y cuidaba a sus padres que vivían no muy lejos de ella.  Si... después de 8 años Juan se convirtió en un fantasma, en un difunto al que no se le podía llevar flores al campo santo, un fantasma que hoy estaba sentado en el salón de casa  y después de tanto tiempo no sabía como afrontarlo, como explicarle que era su viuda y que había luchado para poder vivir sin él.

- ¿Papá ha vuelto?  La niña aún con los ojos abiertos  miraba a Juan y éste pareció sonrreir bajo la espesa barba.

La niña se levantó y lo abrazó  con una naturalidad que sobrecogía. 


Amalia, sentada en el suelo, le quitó las botas mojadas de la nieve y las puso sobre la lumbre.  Se acercó a él  y abrazo las piernas del hombre.  No debiste dejarnos, te había olvidado.  Expresó con pesar la pobre mujer.
Juan acarició su cabeza y besó su frente.  Ayer encontré el camino mujer... volvió a decir. Entonces la besó, beso espeso, cansado, carente de energía y pasión. 

Las lágrimas brotaron de sus verdes ojos, el llanto compungido sorprendió a la niña, al hombre, incluso a ella, el llanto rompió el silencio del momento incluso la hizo despertar en mitad de la madrugada.  Amalia abrió los ojos y pudo ver la luz de la luna alumbrar con tonos platas algunos rincones de su dormitorio, su marido  inclinado con la mano sobre su vientre velaba su nueva pesadilla.  

- Tranquila era una pesadilla.   Silverio su amoroso marido acarició la frente de Amalia y la volvió a tranquilizar como casi todas las noches.

Amalia se levantó de la cama y dio unos pasos hasta la ventana, divisó en silencio la Gran Montaña del norte, esa que le arrebató hace 8 años a su joven marido, un hombre que nunca fue encontrado y que permanece en algún recoveco, en alguna anónima hendidura de la silueta de aquella horrible montaña. 

Silverio, era su marido desde hacía un par de años, Era electrónico y hombre de bien, arreglaba los pequeños electrodomésticos de los vecinos del pueblo y cuidaba de Amalia, periodista  y mujer abatida por los avatares de la vida...

Amalia sintió la mano de su marido Silverio, que volvió a abrazarla, a mimarla y a tranquilizarla como casi todas las noches, cuando el marido difunto perdido  en la montaña volvía a casa en el mundo onírico de su esposa.





9 comentarios:

  1. Con muchas pesadillas como esa no es para hacerse uno muy viejo. Si vuelve de verdad, desde luego menudo problema, porque aunque lo siguiera queriendo, ella había rehecho su vida, y ahora se le veía muy feliz. Cada uno tiene una afición, pero esta de los escaladores y montañeros, vaya vida, ya que son muchos los que emprenden el viaje y ya no vuelven.

    Besos Nieves y feliz fin de semana.

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  2. Me has hecho recordar la peli de Tom Hanks.. El naúfrago, cuando vuelve :s

    Pero claro, aquí sólo se trata de pesadillas. Sin embargo creo, que no hay peor situación en la que uno pueda encontrarse que la de NO SABER, NO TENER RESPUESTAS, NO TENER UN FINAL, NO CERRAR CAPÍTULO. Quizá por ello los malos sueños, cierto??

    Que terrible debe ser atravesar por algo similar :s

    Como siempre, consigues transmitir lo que deseas. Al menos yo, me voy con la piel "chinita"...

    Buen finde, preciosa!!!

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  3. La montaña atrae a muchos, y en muchas ocasiones ya no salen de ella.
    A pesar del tiempo transcurrido siguen conectando, debió ser terrible para ellos este gran contratiempo.
    Muy buena historia, Nieves, me ha encantado.
    Besos, buena noche y finde

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  4. Hola, Nieves.

     Adquisición de gran importancia.
     Supremo photographing.

    Que tengas un buen fin de semana. De Japón, ruma ❃
    Un abrazo.

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  5. Muy bueno Nieves¡ tienes un gran talento.
    Bss

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  6. MUCHAS GRACIAS por vuestros comentarios, por vuestras visitas y simpatía!!!

    Mil besos amig@s !!

    :)

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  7. * Las viudas de david, Muchas gracias por tu visita y dejar constancia de ella, me alegra muchísimo que te guste.

    Saludos !!

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Hola chic@s!!!!
Gracias por visitarme, por estar y compartir tus pensamientos....