Páginas

♥ Entra y siéntete en casa ...

♥ Entra y siéntete en casa ...

domingo, 15 de mayo de 2016

De las cenizas, fuego.



Era sábado en la mañana, el día favorito de la familia del amor.   Gustavo estaba despierto desde el alba, había ido a correr y volvió con los churros de la cafetería Acosta.  Irene había hecho los cafés mientras Gustavo se duchaba y la pequeña Lucy había llegado a la cocina con su muñeca entre sus pequeños brazos.
Irene preparó  la mesa para el desayudo; las tazas, el café, la leche, y los churros en el centro de la mesa. La pequeña se sentó en su silla y cogió uno de los churritos más pequeños, su madre Irene no tardó en ponerle su tacita con la leche.
Gustavo llegó de su ducha y se sentó junto a la niña, comentaban y hacían planes para el fin de semana.
El olor a café hizo despertar a Mario, aún en pijama con en torso descubierto se acercó a Irene dándole un beso en los labios. "Esta noche te eché de menos" Le susurró discretamente. Ella como muestra de gratitud por su generosidad le devolvió otro beso.

- ¿Papá podemos ir al pescar hoy con Gustavo?   La niña puso esa carita que  sabía poner tan bien para pedir cosas.

-  Claro!!!  Tenemos cebo de la semana pasada.  -Aclaró el padre a la niña-  Se acercó a la mesa dando un golpe amigable en el  hombro de Gustavo.

Irene se sentó frente a ellos. Desayunaban hablando del día de pesca que les esperaba.

- ¿Tú vendrás mamá?

- Si... claro


Desayunaron sin prisas, y juntos lo organizaron todo para estar camino al pantano a eso de media mañana.
El día era favorable, el sol calentaba el día y las familias asentadas a la orilla de las aguas dejaban poco tramo a elegir.

- Allí !! Junto al árbol!!! Vamos tío!!!  -  La niña cogió la mano de Gustavo  y se fueron adelantados


Mario, el marido de Irene la cogió de la mano y fueron paseando entre las hierbas altas y las flores silvestres. Él entendía que su esposa pudiera amarlo y cuidarlo toda la vida al igual que a Gustavo.
Gustavo era hombre silencioso, tranquilo, un tanto bohemio.  Era un buen hombre y cuando Irene conoció a Mario él ya estaba en su vida.  Mario lo entendió, supo que si quería a Irene, si quería ser su esposo y su compañero de vida Gustavo tenía que pertenecer a su familia.  Y así ocurrió.  Irene se enamoró de  Mario, se casó con él y tuvo a su linda hija Lucy, pero ella quería a Gustavo, siempre lo quiso, soñó con poder tener un hijo con él y tener una relación romántica  pero Gustavo era un hombre olvidadizo en estas cosas del amor, era un hombre de esos que se deben descifrar, que pese a su peculiar personalidad una vez que descubres su corazón no se pueden dejar, quieres, amas y deseas que esté en tu vida por encima de todo. 

- ¿Está mejor Gustavo, volverás hoy a mi cama?  Le preguntó Mario a su esposa antes de llegar donde estaban Lucy y Gustavo

- Si, creo que si.   Se acercó a su marido para andar abrazados.


Cuando llegaron al  sitio dejaron todos los bártulos y pusieron las cañas.   Irene se acercó a Gustavo y le dijo algo acompañado de unas risas y un beso en los labios.  Formaban una familia extraña, alternativa, algunos lo llamaban poliamor, ellos lo llamaban familia.







6 comentarios:

  1. Eso es amor, lo demás burreras.

    Besos

    ResponderEliminar
  2. texto lleno de ternura y donde vive aun la esperanza,muy agradecidopor compartirlo , mis saludos. jose ramon.

    ResponderEliminar
  3. Hoy en día hay familias conformadas de diversas maneras, debemos aceptar la elección de los otros
    Tierno relato
    Besos

    ResponderEliminar
  4. Muchisimas gracias amigos y amiga :)

    Un saludo y abrazo!!!

    Feliz semana

    ResponderEliminar
  5. Todo un ejemplo el de Mario, amar por encima de todo.....
    Mil besos!!!

    ResponderEliminar
  6. Una manera diferente de vivir en paz y amor, habrá que aceptarlo, la honestidad escasea, un abrazo Nieves!

    ResponderEliminar

Hola chic@s!!!!
Gracias por visitarme, por estar y compartir tus pensamientos....