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viernes, 27 de enero de 2017

Soplos de verdad



No, no me reconozco.  Dijo con sus ojos bien abiertos queriendo que su amiga y confidente encontrara la solución que ella no tenía.


Ya me conoces, me rendí respecto a eso del amor. He olvidado el tiempo que hace que no tengo una cosita especial con un hombre.  En mi vida cotidiana no hay nadie.  Nunca  hay nadie nuevo a quien conocer. Ninguno me mira con los ojos  que se mira a una mujer.  Bueno...él,   pero por él no siento nada, es mi piedra en el zapato. Y la verdad es que no tengo ganas de hablar de él ahora.

Se dejó caer sobre la mesa de la cocina  apoyando su cabeza sobre sus brazos. 

Y ahora de golpe, como un torbellino inesperado aparece él.  Y a ratos tengo miedo. Porque me gusta.  Y  no estoy acostumbrada a que me guste de esta forma alguien, hace años, demasiados que no me pongo nerviosa al pensar que voy a verle, me siento frente a él y hablamos de sexo.

¿Tú hablando de sexo? ¿Pero de sexo como?  La amiga se inclinó hacia adelante totalmente asombrada.

Bueno tenemos conversaciones picantes.   No siempre claro, pero es nuestra conversación recurrente. Yo nunca he tenido esa clase de conversaciones con un hombre que no fuera mi pareja y de eso hace ya, hace ya...  seis o siete años.   Por eso no me reconozco. Porque yo no soy así, sin embargo no lo puedo evitar, de pronto un día coqueteamos, tanteamos y nos dimos cuenta que los dos aceptamos sin remilgos ese juego, ese tonteo.
Me da miedo, reparo de que  piense que soy una mujer demasiado ligerita o que suelo actuar con cualquiera como lo hago con él. Porque la verdad es que ha sido todo como un relámpago, como algo que no he controlado y sigo sin controlar.  Y la verdad es que mi actitud con él es inexplicable. No me reconozco.  Me da miedo que tenga una percepción equivocada de la clase de mujer que soy. Me gusta tener ese juego  a pesar de todo, a pesar de saber que puedo quemarme, y puedo quemarme fácilmente.  Cuando estoy en casa, a veces pienso en él... y me ruborizo. 
Me gustaría decirle que en el fondo soy una mujer sensible, que no he tenido suerte en el amor y que a pesar de lo que cuente ningún hombre me ha querido demasiado. Nunca me regalaron flores ni palabras cariñosas. Que mi corazón se rompió en pedazos y el que tengo ahora está reconstruido de viejas historias, de retazos de esos poquitos capítulos bonitos que recuerdo.  Me gustaría decirle que me tratara bien. Que me hiciera sentir especial, que tratara de conocer la mujer insegura que soy, con dosis extra de cobardía, con sus limitaciones  y sus viejas ganas de amar siempre guardadas en el bolsillo.  Me gustaría decirle que soy una mujer que creyó que no tendría mas conversaciones picantes, que me rendí a encontrar un hombre con quien reír, que tengo miedo que me traten con ligereza y que tenga una percepción errónea de quien soy en verdad.

¿Y por qué no se lo dices?

Porque esa es mi debilidad, mi talón que Aquiles. Tengo demasiado miedo a que vuelva a tener una historia sin flores, sin palabras cariñosas, porque me da vergüenza que piense que aspiro a algo más que tener una bonita historia, una de esas que guardamos en el corazón las mujeres románticas sin suerte en el amor.  Porque ya a estas alturas no aspiro a encontrar un hombre que me ame un para siempre, solo deseo un hombre que construya conmigo una bonita historia, que sea antetodo amigo, que me aprecie,  que me tenga cariño, que me quiera lo suficiente, lo justo... solo deseo un hombre con el que además de todo eso pueda compartir intimidad, aunque la historia solo sea un capitulo de esos que el corazón de las mujeres no olvidamos.

El silencio cubrió  aquella cocina durante un momento

Bueno pero...  ¿De que habláis, cuales son esas conversaciones picantes que tenéis?

Entonces ella se reclinó en su asiento. Pero no dijo nada. Esbozó una mueca de sonrisa y sus mejillas subieron dos tonos.


¿Me lo vas a contar no? Prepararé una infusión... La amiga se levantó y la dejó con esa mueca de sonrisa.













9 comentarios:

  1. Para caldear el ambiente no hay nada como las conversaciones picantes y las fantasías sexuales, y para nada es broma. Los psicólogos dicen que tanto las mujeres como los hombres son mejores amantes y disfrutan más del sexo teniendo fantasías sexuales, porque en esos casos, ya lo dice la palabra, se trata de fantasías y no engañas a nadie. Ella hace muy bien en disfrutar con la persona que le gusta todo lo que pueda, ya que antes por circunstancias no lo había tenido nada fácil, ni la habían tratado como una mujer se merece. Las flores son lo de menos. "Cuatro buenos meneos y achuchones, y alcanza uno la gloria"
    Besos Nieves.

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  2. Ay Nieves! jajaja
    Una Duli cualquiera que además le está gustando eso de tener algo que ver con el amigo y hablar de cosas importantes como lo es el sexo....eh??? ;) jajaja

    Me ha gustado como lo cuentas.
    Besos =))))

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  3. Ojalá el sepa valorarla en lo que vale y no se lleve otra nueva desilusión.
    Me ha encantado, Nieves.
    Besos 🌹

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  4. Qué momentos tan hermosos, tu conversación con tu amiga en la cocina y tus conversaciones con él. Dure lo que dure, disfruta. Un abrazo, Nieves.

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  5. Se lo contará.
    Fijo.
    Me jugaría lo que fuera...

    Besos.

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  6. ¿Y por que no se lo dices?

    esa es la cuestión. Cuando algo parece que puede ser interesante hay que tomar la iniciativa.

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  7. Lo raro es que él no le haya dado la mano hacia la intimidad todavía, habrá que ver qué pasa ahí, un abrazo Nieves!

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  8. Muchas gracias por vuestros comentarios que me sonrerir y pensar que a todos nos gusta la temática.
    :)

    Besitos y feliz semana

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  9. Que se lance ella y le cuente lo que siente, a veces te pierdes cosas maravillosas por el miedo...
    Mil besos!!!

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Hola chic@s!!!!
Gracias por visitarme, por estar y compartir tus pensamientos....