El Domingo por la mañana recibí la llamada de teléfono de mi amiga Mª Jesús, tras un saludo cordial y hacer esas preguntas que todos hacemos cuando hace tiempo que no ves a un amigo descubrí que la llamada era una invitación a pasar el día del Lunes en El ronquillo, un pueblo no demasiado lejos del nuestro.
A media mañana del Lunes me recogen. Lidia es la que conduce, lo hace con serenidad, acelerando en las pistas pero con sumo cuidado en los caminos de tierra donde los baches hacen dar pequeños botes al coche, el calor se empieza a notar, pero las 4 ( Mª Jesús,su hija Lidia, Susana y yo) hemos sido previsoras y hemos salido de casa en tirantes, como si fuera pleno Agosto.
Acabo de conocer a Susana, una chica divertida, con personalidad, muy habladora, las cuatro vamos hablando todo el camino, No paramos, como si tuviéramos que contarnos todo rápido, a contra reloj, aunque Susana y yo no nos conocemos, casi todo de lo que se habla estamos enterada ambas, nuestras dos amigas comunes nos tienen al tanto de todo. Ellas son nuestro punto común y no nos sentimos como extrañas. - al menos por mi parte claro-
En el ronquillo tienen un precioso campo aún a medio construir pero no deja de ser acogedor, con ese toque de campo salvaje y silencioso, los animales se apoderan de la casona en la ausencia de los humanos y tan pronto como llegamos Lidia empieza a dar palmadas para que desaparezca de nuestra vista todo animalillo viviente.
Alguno se ve corretear en una huida frenética, se esconden por las rendijas, por los agujeritos...
Era la una del medio día, Susana se ofreció para hacerse cargo de la barbacoa, de echo ya en el camino lo dijo, para que nadie se adelantase.
La tierra está seca, el pasto igual de seco, el fuego prendió rápido, muy rápido, recordé los incendios de este verano... recordé prudencia. Antes de que nos diéramos cuenta estábamos comiendo; patatas fritas, aceitunas, queso, coca- cola... y ea! a comer... y a hablar..... bla, bla, bla.... bla, bla, bla...
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Mi amiga Mª Jesús y yo |
El sol pegaba con fuerza, los colores se me iban subiendo, pero a mi plin...
Yo al montadito de chorizo que está Mmmmmmm
Compartir estos momentos de risas, de complicidad, de amistad incondicional, no hace, mas que fortalecer la amistad que ya tenemos, desde hace... bueno, he hecho un esfuerzo de recordar desde que momento soy amiga de Mª Jesús y creedme cuando os digo que no recuerdo en que momento exacto fue, es de esas personas que parecen haber estado desde siempre, en algún momento de los venti muchos apareció y desde entonces sigue ahí, ha compartido momentos y confidencias, me ha acompañado en esos momentos que solo una buena amiga acompaña, nunca lo olvido, sé que está, que me puede guiar y me puede aconsejar en esos momentos de confusión donde la perspectiva de una amiga honesta y sincera nunca falla.
Así es ella, honesta y sincera, puede que en algún momento necesites que te aconsejen y buscas su opinión...
No esperes que te regale el oído, no! ella suelta lo crudo, lo real, -si así lo ve conveniente-. Es ahí donde me doy cuenta del valor de su amistad.
Cuando volvemos a casa, después de un día que se queda en nuestra memoria, en el cuaderno de bitácora de nuestras vidas, descubro que aunque nos dejemos de ver el tiempo que sea, nuestra amistad permanece intacta, perpetua...
Y así pasamos el Lunes,
Lunes ocioso,
Lunes al SOL,
Lunes para desconectarnos de la ciudad,
de lo cotidiano y puede que monótono,
un Lunes que recordaré con sonrisas.
* A M. Jesús*