los monstruos invaden mi hogar II

LA MOMIA

La hice casi sin pensar, me sobraba un trozo de cartulina y tras preguntarle a mi sobrino "que podría hacer con ese trocito"  me respondió con su clásico: NO SE.

Él tenía bastante trabajo haciendo los pequeños murciélagos. Le hice una plantilla y ahí que lo tuve toda la tarde bordeando la plantilla y recortandolos con su tijeras especiales para niños, aunque según él ya sabe recortar con la de mayores (no se lo cree ni él).

Y de pronto ... surgió la momia.

La hemos colocado en la entrada de la casa, dando la bienvenida con la mirada perdida en el techo.

- Que está mirando tita?

- No se, supongo que a ese murciélago, lo ves está demasiado cerca y tiene miedo .

- Jeejejejee, es una momia cobardica.

- Le quito el murciélago y lo pongo en otro sitio. Le pregunto para ver que dice.

- No, no, no... que pase miedo.  Me susurra.

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Aunque en el fondo de mí retumba la verdadera historia del Faraón que tras su muerte se convirtió en momia y permaneció oculta durante más de tres mil años.

Existen evidencias de que fue saqueada y luego restaurada en los meses posteriores a su enterramiento, pero el cambio de dinastía, y la tierra desplazada de los desescombros de otras tumbas próximas provocó que un siglo después del enterramiento del faraón el emplazamiento de su tumba fuera  olvidada. Los ladrones de tumbas de las dinastía XIX y XX incluso llegaron a construir algunas cabañas encima de la tumba sin sospechar de su existencia.

Pero la maldición siempre estuvo en los canales y galerías de la Pirámide:

 La muerte

 golpeará con su bieldo

 a aquel que turbe

el reposo del faraón. 

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Bieldo:  Instrumento agrícola, compuesto de un palo largo, de otro de unos 30 cm de longitud, atravesado en uno de los extremos de aquel, y de cuatro o más fijos en el transversal, en forma de dientes.