Sentada en la cafetería tomando un café y escuchando a 3 chicas hablando mal de una tal Julia, después de 20 minutos de criticar desde el pelo hasta la familia de esa "Julia", con mucho libertinaje y sarcasmo, se callan porque Julia entra a tomar café con ellas...
Julia, una chica hermosa, educada, amable y cariñosa se sienta con el trío que la estaba destrozando y ella sin saber nada las invita a una cena el domingo (cumpleaños de su mamá) en su casa.... me quedé mirándolas, ellas alabando al hermano y al novio. Julia terminó su café y se retiró.
El trío volvió al tema favorito: Julia, pero ahora la preocupación era la ropa para ir a la fiesta....
Mirando al trío y a Julia, vi como la envidia, la amargura y la hipocresía vuelven feas a las personas.
¿Cuántas veces fuiste Julia y sin saber trataste bien a quien hablaba mal de ti? ¿Cuántos tríos como ese hay entre ustedes y enmarañan tu vida por pura maldad o envidia? ¿Para qué? ¿Por qué? ¿Qué ganan? ¿Acaso eso las hace unas personas menos miserables en su propia existencia?
A veces no tienes nada, pero lo poco que tienes es mucho para que los POBRES DE ESPÍRITU envidien tu vida, tu brillo y destruyan a toda costa la bondad que caracteriza a los seres de luz, aquellas personas cuya alma siempre dicen la verdad y no andan fastidiando a nadie porque están centradas en vivir su propia vida de pequeños fragmentos de felicidad.
Nadie está libre del chusmerío malsano, Nieves, es así, quizás Julia lo sepa y no le dé importancia,
ResponderEliminarporque está por encima de eso, un abrazo!
Qué cierto y qué bien contado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Nieves
ResponderEliminarQue mala es la envidia. Al final es falta de autoestima. Es más cómodo echar balones fuera, que arreglar el interior de la casa de uno.
Saludos.
La envidia, realmente no importa, le hace más daño a quien la padece. La envidia sólo destruye a quien la siente.
ResponderEliminarSaludos.