Evitaba por todos los medios
acudir a ciertas reuniones familiares y uno de los motivos era evitar aquel
momento.
Todos sentados en la mesa cogidos de la mano, evocando a una de
esas imágenes de familias religiosas y espirituales.
Cerremos los ojos y demos
gracias por estar nuevamente todos reunidos alrededor de esta mesa.
-Dijo el que presidía con orgullo la vieja mesa que hizo el bisabuelo
Jaime-
Todos cerraron los ojos, algunos con la cabeza inclinada al suelo
y otros al cielo.
Ella abrió los ojos. Él también los abrió. Habían pasado
años. Se miraron durante unos segundos, suficientes para mantener la
sonrisa, suficientes para que ella vocalizara de forma muda un
"te... “ y él le guiñara un ojo.
Abrieron los ojos y se soltaron de las manos todos a la vez para coger de forma inmediata
los cubiertos, algunos se levantaron para coger algunas cervezas. Él le pidió
que le acercara un poco de pan, ella eligió un par de piezas de esas que no
están muy tostadas pero con aspecto crujiente. Él mojaba el pan en la
salsa mientras, intentaba olvidar, al mismo tiempo que recordaba, que un día habitó en ella.
Hay historias secretas en casi todas las familias, un abrazo Nieves!
ResponderEliminarEsos dos estuvieron en la Gloria Bendita.
ResponderEliminarBesos.
Esas reuniones obligatorias han sido mi mayor inspiración para inventar excusas.
ResponderEliminarHay reuniones insoportables, les huyo- A esta edad elijo pasarlo bien.- Me gustarìa que me sorprenda una mirada amable
ResponderEliminarBuena semana- Besos
Quedó en el recuerdo de ambos.
ResponderEliminarBesos 🌹 🌸
Goce colateral
ResponderEliminarBesos