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♥ Entra y siéntete en casa ...

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martes, 16 de junio de 2020

Codigos secretos



El cerebro tiene unos códigos complejos y en ocasiones descifrarlo es una actividad imposible.

Hace unas semanas realizaba un acto cotidiano, fui a la cocina después de cenar a llevar algunos de los cubiertos que habían quedado en la mesa.
Cuando llegue a la cocina vi que los vecinos también trasteaban en  su cocina y con su luz me bastaba para poder moverme en mi ir y venir.  Dejé los cubiertos y me volví para el salón. 
Solo fueron algunos instante... tres o cuatro segundos en los que con la luz tenue y en penumbras tuve la clara sensación de estar soñando.  Esto es un  sueño... o quizá un déjà vu. En un par de segundos estaba en el salón. El televisor encendido y el calor de las noches de hogar ...  pero durante un rato pensé en lo que experimenté.  No me suele pasar a menudo, sin embargo cuando pasa lo vivo intensamente,  como si  el yo de otra dimensión o de otra época o dios sabe que me diera una pista de algo que no llego a entender ni descifrar nunca . Como si a una hormiga le dieras a resolver una ecuación. 

De vez en cuando,  cuando me relajo recuerdo el momento. Puede que la penumbra , las luces y sombras que había en la cocina ayudó . No se ... es inquietante y aún más que nos acostumbramos a estas sensaciones ( déjà vu) y no podamos saber más con la certeza de la ciencia... y que solo se alcance a especular... o a soñar .







miércoles, 10 de junio de 2020

La hoguera



Su mayor triunfo es que el mundo crea que no existen.  Y su única obsesión es que nadie descubra lo que es, lo que sabe y lo que ve. 

Vivir  intentando ignorar los vientos susurrantes no es fácil. No es fácil andar el camino cuando se sabe lo que encontrarás más allá de lo que la vista alcanza. 
Abrir los ojos cada mañana convenciendote que eres una oveja más del rebaño y que la ignorancia es la felicidad.  

Ahora está en el futuro que vio en el pasado e intenta ignorar que sigue estando en el pasado y que hay más futuro, ya no están las piedras en sus bolsillos y las plumas en su pelo pero sigue siendo ella, sigue hablando con las cosas y los animales, sigue observando el mundo como si fuera nueva en él.  

Y creedme que no es fácil saborear la derrota antes de vivir la aventura, ni saberse ganadora antes de empezar el juego ... tener esa ventana que se abre sin permiso a la intuición y al desenlace de las historias de la vida no es ninguna suerte, ningún privilegio, todo lo contrario, es una losa difícil de llevar, sin embargo se aprende a ser rebaño, a vivir ignorando lo que se sabe que será, creyendo que solo son pensamientos y ensueños sin sentido.  Sabiendose a salvo de la hoguera de las burlas y la incomprensión, sabiendose a salvo porque su mayor triunfo es que el mundo crea que no existen.




martes, 2 de junio de 2020

Enmascarados




Esa tarde iba a ser mi primera vez. No estaba nerviosa pero si expectante, mis amigos me habían hablado mucho sobre sus primeras veces y aunque sabía que en algún momento me llegaría la ocasión no había estado ansiosa por adelantar el momento.

Mi novio aparcó cerca. Hacia calor, respire profundamente y me puse la mascarilla. Sali del coche y experimenté personalmente lo que me contaban; el calor,  el agobio, la pérdida de reflejos... además de pronto  me sentí como ' Billy el niño' antes de atracar el banco nacional.  Justo antes de entrar a nuestro destino me di cuenta que podría decirse que era la novia del hombre invisible. Cuando lo miré justo en la entrada de nuestro destino descubrí que entre la máscarilla, las gafas de sol y la gorra tenía  esa imagen en la que el hombre invisible se cubre por completo para no dejar al descubierto su secreto de invisibilidad.

Cuando llamamos al timbre ya solo portaba la mascarilla, igual que yo. Una señora elegante nos abrió la puerta... también enmascarada.  Di las buenas tardes y sonreí... Me di cuenta que no podía ver mi sonrisa. Descubri lo que nos distanciaba ir por la vida enmascarados.

En estos últimos días también pienso en algo tan femenino como maquillarme... en el absurdo de pintarme los labios para enguarrinar la mascarilla además de no lucirlo. Solo me pinto los ojos con lápiz negro. Cuando me doy el último vistazo antes de salir me digo;   ¿A quién te pareces?  No se. ..

Supongo que es cuestión de tiempo el acostumbrarse, posiblemente después de mucho tiempo utilizandola se tenga una especie de síndrome que nos haga no querer salir sin ella, como después de meses en casa recluidos hay quien tiene ese síndrome... el síndrome de la cabaña.... hay quien ya no le apetece salir de su hogar, donde se encuentra cómodo y a salvo.  Es curioso todo lo que nos ha tocado vivir, quiero pensar que lo peor ya pasó y ahora tengo curiosidad de saber que nos espera en la nueva normalidad, solo su nombre me suena a término de ciencia ficción. Intento imaginar cómo será la vida, si a partir de ahora todos seremos seres enmascarados. Si los mares se llenarán de mascarillas y guantes para acompañar a los trillones de bolsas.

Yo soy una de esas persona que quieren salir y vivir sin miedo. Pero se que a partir de ahora el planeta se sacudirá para sentirse mejor ... para que la polución disminuya, para que las aguas se limpien y para que los animales lleguen donde el hombre no les deja . El planeta a respirado durante algunas semanas mientras el hombre estaba en sus hogares.
Es lo único bueno que saco de tanto pesar y miedo.