Este fin de semana he paseado por Valencia. Es una ciudad hermosa, llena de rincones curiosos y llenos de historia. Tengo la sensación de que puedes estar aquí toda la vida y siempre habrá alguna nueva sorpresa esperándote en alguna de sus soleadas y acogedoras calles.
Si. Es la casa de los gatos.
En una calle que intuía que no era calle cualquiera, una escultura sobre un muro y un dibujo en la pared pasaban desapercibidos para los transeúntes despistados pero a mi me llenó de ideas, imaginaba que tras aquello había una gran historia. Y así es ...
Se conoce que el escultor Alfonso Yuste Navarro, realizó esta escultura en el año 2003 homenajeando a "los cuatro gatos", tal y como reproduce la inscripción.
Esta inscripción hace referencia a una leyenda sobre “los cuatro gatos”, dado que en el año 1094, época del Cid Campeador, los católicos tenían la creencia de que el gato era un animal del otro mundo, diabólico, así como también portador de mala suerte.
Una de las misivas del Cid fue la de ejecutar la desaparición de todos los gatos de la Valencia de aquella época (Balansiya), tras la conquista de la Taifa ese mismo año. Así pues, se dice, que quedaron cuatro gatos de aquel suceso.
Me pareció una historia increíble. Traté de imaginar al dueño de aquel lugar . El salvador de los gatos y pensé que siempre quedaremos cuatro gatos para según que cosas. Y que aún siendo un número tan ínfimo siempre hay esperanza. Cuatro gatos rebeldes pueden sobrevivir y ganar a una multitud dormida.