Lo espero en
casa, tras las rejas de hierro forjado de los amplios ventanales.
Lo miro llegar, espero que se acerque. Se queda justo al otro lado
de la reja. Nos decimos hola, se nos escapa una de nuestras sonrisas
compartidas. "Parecemos
aquellos novios antiguos" -le digo- , Él se ríe y me dice
alguna de sus cosas de chamán que conquista, me hace reír y nos damos un beso en los labios
entre las rejas.
Me invita a café. Sentados en las sillas de la terraza de la cafetería
rememoramos esos viejos sueños que se quedaron por el camino, reímos de las
cosas que nos pasaron y nos contamos los nuevos acontecimientos, tan nuevos que
aún no habíamos compartido. No todo son risas y guiños a la vida. Resucitamos
viejos fantasmas que están al acecho como el mejor depredador. Apoyo mi
mano en su rodilla. Somos de puro presente, siempre lo fuimos. Mi
chamán tiene miedo a crecer, a convertirse en una especia de hombre mayor
con canas en la barba y frágil corazón. Quiere seguir siendo un potro
salvaje, quiere tener a quien contarle sus cosas y con quien comer espaguetis. Quiere
compartir la vida y las barbacoas de los domingos. Recordamos los hijos que no
tuvimos y el tiempo que nos perdimos en laberintos propios y ajenos.
Me conmueve. La vida es compleja pero
siempre es más fácil de lo que nos imaginamos a priori. La vida a
veces nos escupe a la cara pero cuando tienes donde cobijarte y unos brazos que
te arropan, la vida deja de doler, saboreas las mieles y el mañana ya no
duele ni inquieta.
Voy al baño, tengo ganas de hacer pis. Él se escurre y
entra conmigo. Se lava las manos mientras yo hago pis.
Me abraza, me arrincona entre la pared y su cuerpo. Me besa, le beso. Recuerdo su sabor. Nos miramos, me toca como si fuera la primera vez que lo hiciera, se desata, se quita la ropa, se lo quita todo, "Pero... espera, vamos a casa". Y yo que conozco sus arrebatos exhibicionistas lo dejo desatarse. Sus manos recorren mi cuerpo mientras nuestras bocas se beben. Me mira calladito. Soy como un pescadito que se ahoga, con la boca abierta buscando oxígeno con el corazón a pleno rendimiento. Cierro los ojos sintiendo que el último aliento llega. "Mírame” -susurra-. Todo se para, nos perdemos, morimos y volvemos a la vida. Resucitamos juntos en mitad de la ciudad. Volvemos a casa. Resucitados. Recordando cuantos cruces de caminos nos harán perdernos y cuantos más enconrtarnos de nuevo. La felicidad viene y se va. Es difícil de atrapar. Solo sabemos donde estamos hoy y que todo nuestro amor está en nuestra mente. Sé que ya tenemos nuestras canas, sé que a veces parecemos marchitos pero el amor aún correteará salvaje por nuestras venas algún tiempo... Cuando te quedas, cuando te vas, con soledad, en multitud, cuando duermes, al despertar, lejos, cerca, allí, aquí, cuando me amas, cuando me pintas, en el pecado, en la bondad, cuando me cuidas, cuando me ignoras, cuando me quieres, te quiero. Mañana, ayer, nunca... siempre.
Me abraza, me arrincona entre la pared y su cuerpo. Me besa, le beso. Recuerdo su sabor. Nos miramos, me toca como si fuera la primera vez que lo hiciera, se desata, se quita la ropa, se lo quita todo, "Pero... espera, vamos a casa". Y yo que conozco sus arrebatos exhibicionistas lo dejo desatarse. Sus manos recorren mi cuerpo mientras nuestras bocas se beben. Me mira calladito. Soy como un pescadito que se ahoga, con la boca abierta buscando oxígeno con el corazón a pleno rendimiento. Cierro los ojos sintiendo que el último aliento llega. "Mírame” -susurra-. Todo se para, nos perdemos, morimos y volvemos a la vida. Resucitamos juntos en mitad de la ciudad. Volvemos a casa. Resucitados. Recordando cuantos cruces de caminos nos harán perdernos y cuantos más enconrtarnos de nuevo. La felicidad viene y se va. Es difícil de atrapar. Solo sabemos donde estamos hoy y que todo nuestro amor está en nuestra mente. Sé que ya tenemos nuestras canas, sé que a veces parecemos marchitos pero el amor aún correteará salvaje por nuestras venas algún tiempo... Cuando te quedas, cuando te vas, con soledad, en multitud, cuando duermes, al despertar, lejos, cerca, allí, aquí, cuando me amas, cuando me pintas, en el pecado, en la bondad, cuando me cuidas, cuando me ignoras, cuando me quieres, te quiero. Mañana, ayer, nunca... siempre.
Donde estamos hoy y dejar abiertas puertas para mañana, eso es todo.
ResponderEliminarLo demás una pizca de insensatez.
Qué bien lo explicas, pescadito!!!
ResponderEliminarBesos.
Qué bonito relato, Nieves, te felicito.
ResponderEliminarBesos 🌹 🌸
Muy bien contado, Nieves.
ResponderEliminarBesos.
Cuando la rutina no entra en sus vidas! Todo se renueva constantemente cada vez que se encuentran, hermoso relato Nieves, un abrazo!
ResponderEliminarSiempre apasionada mi querida Nieves, muy bueno el cuento
ResponderEliminarBesos
Muchísimas gracias por vuestros comentarios tan amables.
ResponderEliminarMil besos amig@s :)
Me encanta como lo pones tan clarito, me gusta!
ResponderEliminarBesos =)))