No sé nada de él. Podría decir que es un completo
desconocido. Sólo algunos detalles y esas casualidades que la vida
propone y nosotros de pronto elegimos explorar me hicieron prestarle la atención
que merecía.
Lo siento cercano, como
si fuera ese vecino nuevo al que observas para averiguar si tiene cualidades
para ser un vecino corriente o de esos especiales a los que llamar cuando
necesitas ayuda, compresión o un poco de azúcar para el bizcocho de los
domingos.
Yo que soy como la Mary
Poppins para los niños y se decir supercalifragilisticoespialidoso sin trabarme
y canturreando la melodía que todos conocemos, yo que soy fortaleza
vikinga y morada de piratas conozco bien a las personas. Conozco bien a
ese tipo de personas que aún guardan dentro de ellas las ganas de jugar.
Que son afables y resueltas en su trabajo. Formales y serias en su trato más
oficial pero cuando están en casa saben despojarse de las corbatas y los
nudos de la sociedad.
Sé que tiene motivos
para estar triste, veo en lo más profundo de su alma la piedra angular de su
pesar. -No hablaré de eso. No. Todos tenemos nuestra propia piedra angular-. Aún así escucho su risa tras las ventanas de su hogar, y la música
de zarzuelas clásicas. Zarzuela... yo nunca había conocido a nadie que le
gustara la zarzuela tanto como Darth Vader, las motos y la ciencia ficción
y todo mesclado dieran con una personalidad tan espléndida y llena de genialidad.
No sé nada de él. Podría
decir que es un completo desconocido. Yo soy de no parar por el día.
Solo por las noches descubro mis pies frio, la soledad de mi cuarto y
alguna que otra noche las ganas de pasar el rato riendo con alguien que
mantenga tu misma frecuencia de humor y ganas. Ya no tengo edad para
ciertas cosas lo sé... pero me gusta llamar a su ventana y entrar por
ella como Tom Sawyer entraba al dormitorio de sus amigos. Me gusta sentarme a
los pies de su cama, y hablar de cosas. Cosas sin importancia, tonterías
nuestras. Aplacar la curiosidad de lo nuevo, descubrir que le gusta reír
y pasar un rato distendido olvidando las formalidades del mundo de fuera.
Sorprendernos mutuamente de lo que vamos descubriendo poco a poco.
Descubrir que encontraste a alguien muy diferente a ti, pero que de
pronto sientes como si a los cuarenta y tantos hubieras encontrado a
ese amigo con el que jugar después del curro, pasar algún rato echándonos unas
risas tan espontáneas que no te das cuenta que la madrugada avanza y nos descubre riendo.
Aún no sé de qué Tierras
lejanas llegó. No sé que mares ha surcado antes de llegar a este presente. Sólo
sé que me gusta su frecuencia, me gusta su código aún por descifrar. Solo
sé que no sé nada de él. Podría decir que es un completo desconocido.
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http://encuentrosantesdelalba.blogspot.com.es
Tiene toda la pinta de ser un premio para tu corazón.
ResponderEliminarBesos.
Que bello!!! me encantò- Gracias por compartirlo
ResponderEliminarBesos
A veces es bueno no saber tanto de los otros, porque siempre queda la sorpresa de descubrir algo nuevo.
ResponderEliminarBesotes, Nieves.
Yo con solo ver a una persona se si vale la pena entablar amistad.
ResponderEliminarBesos
Mejor, descubrirlo poco a poco y a la par. 😘 🌹
ResponderEliminarCreo que lo estamos vislumbrando, Nieves, visto así desde el ojo de tu cerradura, un amigo fiel, un compañero ideal, bien por los dos! Un abrazo!
ResponderEliminarAhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh! (suspiro)
ResponderEliminar♥♥♥♥ en el aire ♥♥♥♥
Sonrío =)))))
Hay personas que llegan y "sabes" que te apetece saber mas de elas. Hay gentes que están a tu alrededor y te basta -y sobra- con la superficie.
ResponderEliminarEs genial colarse por las ventanas.
Siempre es bueno, guardar un as en la manga por lo que pueda pasar.
ResponderEliminarBesos Nieves.
Pues muchas Gracias, estoy convencida de que el prota os ha leido y le habéis provocado la mejor de su sonrisa.
ResponderEliminarMil besos amig@s