Él le
había confesado su timidez, ella no le había creído demasiado. Sus conversaciones
en la nube en ocasiones se veían enredadas en ese juego de doble sentido
que tanto divierte.
En aquella cafetería llamada nube la gente iba y venía pero su
mesa siempre estaba vacía, como si siempre estuviera esperando su llegada.
*Me
gusta tu bollo glaseado. Escondió la sonrisa tras el sorbo de
su café
*Me gustan cuando meten en el agujero estas cositas.
Ella cogió la gomita y se la comió.
*Debe
estar tierno y jugoso. Sería capaz de comerme mil. Declaró
sin remilgos.
*Pídete uno si te gustan tanto. Dijo ella antes
de beber un poco de su té. Hay muchas variedades en el
mostrador. No pudo evitar que se escurriera una mueca de sonrisa.
*Es que
no quiero ninguno del mostrador.
*Prefieres mi bollito con agujero...
*¿De que
estamos hablando?
*De mi bollito con agujero ¿No?
Los dos rieron a carcajadas. Ella cogió el pastelito y se lo
acercó a él, que le dio un bocado descubriendo lo delicioso que estaba.Tan tierno y dulce como había imaginado.
*¿Te gusta?
*Me
encanta... de echo me sabe a poco.
Qué tentador se ve! Buen provecho para ambos! Un abrazo Nieves!
ResponderEliminarDos encantadores alelados...
ResponderEliminar:)
Besos.
Me encantan las conversaciones de doble sentido.
ResponderEliminarEl juego.
Y se hace evidente que ha bollitos que hay que comer.
=))))
ResponderEliminarUn ping pong muy bonito
ResponderEliminarBesos
Excelente! :)
ResponderEliminarMe dio ganas de comerme algo rico de respostería...Saludos
ResponderEliminarEs genial cuando en una relación se consiguen cosas así, que mantienen la picardía y la complicidad. Besitos
ResponderEliminarGracias amig@s por pasaros y echarnos unas risas juntos con nuestras ocurrencias.
ResponderEliminarBesitos y feliz semana :)