Hay días
que resultan ser todo un desatino.
Se ha despertado antes del amanecer huyendo de esa cama que hace algún tiempo buscaba sedienta de vida. Ha ido al baño, ha cerrado la puerta. Respira agitada, su corazón late con fuerza. Se ducha, deambula por el habitáculo de un lado a otro, de la ducha al lavabo, una y otra vez como animal encerrado. Cuando sale del baño deja olvidada la barra de labios en el lavabo.
No consigue recordar como ha llegado hasta aquí.
Tropezaron de repente, se sonrieron entre la multitud anónima. Él le guiñó el ojo y ella, coqueta, se recogió la melena con un moño. Se robaron besos, se arrancaron risas. Pestañeó y en el calendario pasaron años. Los suficientes, quizás, demasiados.
Lo miró
dormido, en penumbra, desnudo, girado hacia el lado contrario de donde ella se
encontraba. Se acercó sigilosa, no quería despertarle, le rozó el hombro
con los dedos, le dio un beso en la comisura de sus labios.
No consigue recordar por qué motivo se fue.
Recorrió el camino de vuelta con la certeza de que ese día, que tan lejano e imposible había sentido siempre, esos días en que sus ojos solo lo veían a él y que en su corazón no había espacio más que para él y todo su mundo, esos días habían desaparecido.
El cómo
y el cuándo sucedió a penas le importaba en ese momento. Lloró, porque el
desamor duele, porque recordaba toda la vida que se perdía, todos los planes,
todas las risas, las cenas mirando las estrellas, todos esos cachitos de felicidad
doméstica, porque ahora todo era lejano.
Lloró
porque lo imaginaba despertando. Buscándola en el lado de la cama ya vacio. Yendo al baño para orinar. Leyendo sus letras en el espejo.
"No
nos queda nada"
El
teléfono sonó. Era él.
Cuando
ella descolgó y escuchó su voz, lo supo, no renunciaría a ella
fácilmente, al menos no sin saber... porqué.
Hay días
que resultan ser todo un desatino.
Quizás sea un poco desatinado irse de esa manera, sin explicar ni explicarse a sí misma por la decisión.
ResponderEliminarClaro que a veces no hay respuestas porque no ha quedado mucho sentimiento. Ojalá que se decida a atenderlo.
Un abrazote, Nieves.
Debe ser muy triste llegar a ese punto sin haberse dado cuenta antes....en fin, hasta que no pasemos por algo así, no sabemos como reaccionaremos.
ResponderEliminarBesos Nieves y un abrazo
Deberá darle sus razones...
ResponderEliminarHay días que todo cambia.
Besos 🌹
Hay dìas en que uno se complica la vida, hay que tomar aire y seguir camino para aclarar la mente
ResponderEliminarBesos
Igual todavía hay arreglo, pasa en la vida real, y para tirar la toalla siempre se está a tiempo.
ResponderEliminarBesos Nieves.
Yo creo que el "No nos queda nada" lo explica todo.
ResponderEliminarLo malo que esas cosas no se suelen acabar para los dos al mismo tiempo.
ResponderEliminarBesos.
Hola Nieves.
ResponderEliminarEntrada triste la de hoy. Pero como dices... es lo que tiene el desamor. Buff
Besos
La vida entera es un desatino.
ResponderEliminarBesos.
Para el desamor no se está (casi) nunca preparado. Es por ello que a su llegada nos sentimos tan dolidos, tan desorientados, tan desatinados.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, el desatino tuvo un "atino" en ese llamado esperanzador! Un abrazo Nieves!
ResponderEliminarTodo tiene un principio y un fin. Siempre uno de los dos sale peor parado que el otro. Así son las cosas del querer...Saludos.
ResponderEliminarCreo que amitad del ca mino siempre hay un espacio, para enderezar el sendero. Un abrazo. carlos
ResponderEliminarLa vida puede parecer un desatino pero con vosotros se retoma la sensatez :)
ResponderEliminarGracias por vuestras palabras. Os abrazo a tod@s. Feliz fin de semana