Tan solo un momento bastó para sentir ese escalofrió que da la
intuición de que todo iría a mejor.
Allí, por encima solo quedaban las nubes, el sol de media tarde oculto
tras los nubarrones y la luna. El río, las cosechas, flores silvestres y
hermosas piedras amontonadas al azar por el deambular del visitante. Y con todo
este lienzo, la certeza de que un tiempo acababa, se confirmó con el
hermoso escalofrío de la llegada del nuevo, de un nuevo tiempo. Nuevos vientos y nuevo
mundo, nuevos horizontes se vislumbraban.
Por un momento pensó en todas esas palabras nuevas, se le amontonaban en
su cabeza como las hermosas piedras en el camino.
“Saludo la luz de dentro de tus ojos
Donde todo el universo permanece
Porque cuando estás en el centro dentro de ti
Y yo estoy en el mimo lugar dentro de mí
Nos sentimos uno”
Así es, cuando uno mira a los ojos de alguien y se ve reflejado en
ellos, como si esos ojos fueran la prolongación de uno mismo sabe que el
destino trajo ventura a tu vida. Y puedes sentarte un momento y dar
gracias a tu dios, sea cual sea.
Si algo había aprendido en la vida era avanzar, en no quedarse
varada en las arenas, terminan convirtiéndose en lodo, terminan por engullirte
en el mejor de los casos, así que no se dio un respiro y avanzó.
Su mirada le regaló templanza, sus palabras sabiduría y los
días, poco a poco nueva amistad y cercanía, complicidad y sonrisas. Dio gracias
al gran espíritu por haber movido los hilos del destino y haberlo puesto
en su mesa, junto a ella, poder haber sentido su mirada y su mano grande y
segura cuando cogía la suya. Porque a partir de ese instante todo cambió...
El sol trajo nuevas energías a todos sus días, la luna suave la acunó cada
noche, la lluvia lavó sus preocupaciones, y el aliento de aquel
hombre fue como brisa que le daba fuerza interior. Y ahora su
camino es suave y tranquilo y conoce la belleza cada día y la risa y el triunfo
y el canto a la vida.
Si... Pensó que tuvo que ir más allá del horizonte
para encontrarle, pensó que era tan de ti cuando llegaste a ella, que no hizo falta
tallar tu nombre en su corazón de madera, escuchabas en ella palabras que
siempre fueron tuyas, tu caos y esa parte de ti que no tiene remedio
era como su reflejo en las aguas de ese río en mitad de tus campos
silvestres y salvajes, así que cuando su boca llegó a la tuya fue
como la rendición de su mundo equilibrado y se fundió contigo sin
miedos porque aún cuando no te conocía era tan de ti que lo vuestro no fue comienzo sino continuidad... Suenan los cascabeles del Gran
espíritu. Los murmullos de los sabios que les precedieron. Los susurros de
los nuevos caminos, el sonido de lo que ha de venir y presientes cercano.
El viento sopla, y esta vez a tu favor. Te arremolinas, te agitas,
sientes el instinto salvaje que incontrolado te cuesta aplacar. El viento
sopla, sopla a tu favor.
Gracias por las cicatrices de viejas batallas y
por matar la inocencia, por el tiempo perdido y por abandonarle en mitad
de la pradera...
porque si se ha pasado mucho, es porque sólo quedaba futuro.
Ahora mis vientos serán los suyos y
confrontaran en enroscados remolinos. Se escuchan, se sienten... los susurros de los
nuevos caminos, los murmullos de los sabios que nos precedieron. Suenan
los cascabeles del Gran espíritu.
Y en la cima sintiendo el escalofrío de la certeza pensó que si
todo aquello no fue verdad... merecerá serlo.
Y que sigan sonando por mucho tiempo. Un abrazo, amiga.
ResponderEliminarCuando soplan vientos de esperanza todo puede ser realidad, hermoso escrito Nieves, un abrazo!
ResponderEliminarLa mire en los ojos y sentí un movimiento eléctrico que corría por mi columna vertebral y me dije: Peligro
ResponderEliminarNo volví nunca más a buscarla. Años después supe quién era y me felicite por mi obrar.
Besos
Que se haga realidad, una historia tan amorosa merece serlo
ResponderEliminarBesos
Es cierto, hay historias que si no han sucedido deberían haberlo hecho.
ResponderEliminarY es cierto, a veces llegan personas que habías estado esperando sin saberlo.
Aplaudo tu historia de hoy y todas las demás...
ResponderEliminarMerece ser verdad.
Besos 🌹 feliz semana
Muchísimas gracias por pasaros y comentar vuestros pensamientos...
ResponderEliminarMil besos amig@s :)
Las certezas son siempre escalofriantes. Da igual si son para bien o para mal. Te hiela la sangre tener algo tan claro sin saber por qué.
ResponderEliminarUn abrazo