Había
un muchacho en una ciudad. En un barrio humilde, olvidado por casi todos.
Una noche cuando el muchacho fue a acostarse, en su ventana del tercer
piso vio una cara. Una cara rojiza y monstruosa, una cara deformada, una
cara de alguien que reía y flotaba. El cuerpo se adivinaba pero se perdía
con la negrura de la noche, parecía un ser flotando, alguien que simplemente...
le miraba.
El
muchacho se quedó paralizado, apunto de meterse en la cama mirando el pequeño ventanuco
que daba a la calle, al vacío del tercer piso de una zona de campo... y de
pronto ese individuo con ese rostro anaranjado mirándole fijamente.
¿Era
una simple pesadilla? Eso le dijeron sus padres.
-
No digas tontería
niño...
En
diferentes noches el niño observó la cara que le miraba y se aparecía en la
ventana. El niño después de varias noches frente a aquello creyó
adivinar un mensaje, aquel ser le dijo algo...
Los
padres al escuchar los relatos del niño respondieron al unísono
-
No digas tonterías
niño... o te encerramos en un manicomio.
Una
mañana la madre entró en la habitación, era tarde y su niño aún parecía estar
en la cama, pero cuando entró en la pequeña y humilde habitación solo
encontró una nota sobre el carcomido escritorio.
“Ese ser me quiere llevar a su
planeta. Lo siento mamá"
El niño
desapareció. No estaba. Se esfumó como la niebla. Nunca supieron...
Su hijo, ya no estaba.
~~~~~~~~~~~~~~
Había
un muchacho en una ciudad. En un barrio humilde, olvidado por casi todos.
Una noche cuando el muchacho fue a acostarse, en su ventana del tercer
piso vio una cara. Una cara rojiza y monstruosa, una cara deformada, una
cara de alguien que reía y flotaba. El cuerpo se adivinaba pero se perdía
con la negrura de la noche, parecía un ser flotando, alguien que simplemente...
le miraba.
El
muchacho se quedó paralizado, apunto de meterse en la cama mirando el pequeño ventanuco
que daba a la calle, al vacío del tercer piso de una zona de campo... y de
pronto ese individuo con ese rostro anaranjado mirándole fijamente.
¿Era
una simple pesadilla? Eso le dijeron sus padres.
-
No digas tontería
niño...
En
diferentes noches el niño observó la cara que le miraba y se aparecía en la
ventana. El niño después de varias noches frente a aquello creyó
adivinar un mensaje, aquel ser le dijo algo...
Los
padres al escuchar los relatos del niño respondieron al unísono
-
No digas tonterías
niño... o te encerramos en un manicomio.
Una
mañana la madre entró en la habitación, era tarde y su niño aún parecía estar
en la cama, pero cuando entró en la pequeña y humilde habitación solo
encontró una nota sobre el carcomido escritorio.
“Ese ser me quiere llevar a su
planeta. Lo siento mamá"
El niño
desapareció. No estaba. Se esfumó como la niebla. Nunca supieron...
Su hijo, ya no estaba.
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Solo un niño se iría con un ser de otro planeta, los grandes huiríamos despavoridos! Un abrazo Nieves!
ResponderEliminarJo....
ResponderEliminarHiela la sangre.
Aunque quizá el niño sea más feliz que aquí.
Besos.
Hay que escuchar a los niños. Y saber porque dicen lo que dicen.
ResponderEliminarY así yo llegue aquí.
ResponderEliminarBesos
¿Y sabes si quedan plazas libre por ahí arriba?
ResponderEliminarSaludos.
Debieron escucharle.
ResponderEliminarGran relato. Nieves, tienes una gran imaginación.
Besos, buen finde
Graaaaaacias amig@s por pasaros en estos días especiales de misterio :)
ResponderEliminarBesos !!!
Ahhhhhhhhhhhh!
ResponderEliminarYo no fui, en mi Manicomio, no está, eh???
Es más, sólo se admiten adultos!!! :P
Besos =))))
Siempre hay que escuchar a los niños...nunca se sabe...verdad o imaginación??
ResponderEliminarMil besos!!