Tanto sube el nivel
El mar
se derrama ahogandome
solo hay arena
En ocasiones nos empeñamos en
creer en las personas. Yo lo hago continuamente. Confiar en la buena
voluntad de las personas y que actúen con la sencillez y naturalidad con
la que tú actúas. Sin embargo sigo siendo la misma ilusa de antaño, con
la diferencia de que ya permanezco impasible cuando la verdad se
desata.
Aquellas palabras eran como revelación tibetana en los labios de
una muchacha con básica apariencia.
La dejé hablar, permanecí en silencio para no interrumpirla.
No hay cosa peor que dejar de creer en las personas. Hoy lo he
recordado, así, de golpe. He recordado esa sensación. Cuando la verdad se
desata como tormenta en un mar de asombro. Cuando miras al frente y ves
estrategia en aquellos ojos que fueron tan dulces en otro tiempo, a
los que nunca cuestionaste, a los que nunca hubieras traicionado. Debo confesar que siempre lo supe... nunca me miró a los ojos, pese a que nunca me fie de quien no me mira a los ojos esta vez quise buscarle escusas. Hoy he
recordado aquella sensación de sentir como descubriste el truco, la mentira,
como el mago se convierte en actor, la hechicera en actriz, de como
la magia se convirte en terrenal casualidad. Notas impasible y con cierta
tristeza como la cuerda, el vínculo que os unía se rompió y os alejais despacito... como Wilsom en la película de naufrago
¿sabes cual es?.
Ves como la verdad se derrama y quieres recogerla, intentas
detener la marea, que sube, sube y el mar se desata, y la magia se acaba
y la terrenal casualidad cobra sentido...
Podía haberle dicho cualquier cosa, cualquier mentira poética,
como bálsamo tibetano, ¿Quién no ha camuflado ciertas verdades para apaciguar
la inquietud de un@ amig@? pero opté por la verdad, no hay ruptura mas segura
que perder la confianza en alguien, cuando descubres su estrategia y su doble
fondo. Cuando de pronto, simplemente no le crees. Nunca hay que confiar de quien no mira a los ojos.
Entendía todo su argumento, toda su perplejidad, porque yo también he sentido alguna vez como el nivel de mi mar
en calma rebosaba, derramando toda la verdad y ahogándome en ella he descubierto
que en mi apacible mar azul, tras derramarse la verdad, solo había arena...
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http://encuentrosantesdelalba.blogspot.com.es/
Yo siempre confío. Cada persona nueva qe me roza tiene ese derecho. No le hago pagar por los pecados de las que anteriormente perdieron esa confianza.
ResponderEliminarPero si fallan no vuelven a recuperarla. No olvido. Quién falla una vez...
Uno va creyendo una y otra vez aunque nos hayan mentido, hasta que un día dice basta. Eso es absolutamente personal, aunque nuestra intención sea dar a quien nos la pide la opinión que no quiere escuchar, esa persona dejará de creer cuando su propio corazón se lo mande. Un abrazo Nieves!
ResponderEliminarCada persona es única, no por una deben pagar todas......
ResponderEliminarBesos =))))
No confío en las personas.
ResponderEliminarA las pruebas me remito, guerras, codicia, miseria, corrupción, odio, delitos, falsedad, hipocresía.... y paro ya para no amargarte el post.
Besos.
Uff confiar en las personas. Cada vez parece más difícil. No sé si seré un caso perdido ya jaja
ResponderEliminarBesos.
Yo antes miraba a los ojos y veía tantas cosas que deje de hacerlo.
ResponderEliminarBesos
Cada vez el asunto invita menos a confiar en las personas, pero si ya llegamos hasta el extremo de no confiar en nadie, acabaremos cogiendo moscas.
ResponderEliminarBesos.
Muchisimas gracias por compartir vuestros pensamientos y comentar con tanta simpatía...
ResponderEliminarMil besos y feliz día
:)
Pues a pesar de todo y aunque cueste,hay que seguir creyendo en las personas.
ResponderEliminarUn beso.