El verano estaba siendo el más caluroso de los últimos tiempos. El bochorno y la humedad ambiental hacía pensar que estaban en el centro africano más que en el sur europeo.
La noche había traído una soporífera quietud. El calor les había echo despojarse de buena parte de sus ropas. Él había pasado buena parte de la madrugada apoyado en el quicio de la puerta, fumando cigarros esperando a que una ráfaga de aire aliviara su calor.
A primera hora de la mañana la lluvia de verano mojó la tierra ardiente, el olor a tierra mojada y cierta sensación de que el calor envolvía una atmósfera tropical despertaba a los que yacían en sueños en la cabaña donde estaban pasado unos días de descanso.
Las ventanas y la puerta abierta hacía que la lluvia se escuchara con fuerza, las aspas de la lámpara refrescaban sus cuerpos. Él se levantó para beber agua, ella le pidió que volviera a la cama, jugó un rato acariciando los pies de su amante con los suyos. Buscaba atención y juegos, él parecía estar hundido en la almohada. La miraba pensativo sin tener intensión de hacer nada más que estar allí; hundido en la cama junto a la chica que más le divertía. Ella pareció aburrirse de buscar atención sin obtener resultados, se levantó, se sentó junto a la ventana, como una niña que espera a que escampe para salir a jugar.
"Crees que escampará "
"Seguro, si no lo hace tendremos que quedarnos aquí... para siempre"
Ella apoyó los brazos cruzados en el marco de la ventana y dejó su cabeza caer sobre ellos.
"No me importaría quedarme aquí contigo"
" Viendo llover, bebiendo mojito, achispados todo el día tumbados en la cama y dejandonos hacer esas cosas que tanto nos gustan"
Ella no apartó la mirada de la lluvia, una de las chicas que pernoctaban en las cabañas vecinas salia corriendo para ir a la pequeña tienda de alimentación para comprar algo para pasar el día a cobijo.
"Me quieres?"
Eso le recordó que tendría que ir a compra ella también algo para pasar el día, no le apetecía comida rápida y tan poco sana, haría algo que le gustara a él...
"Me quieres?"
Se incorporó en la cama para volver a preguntárselo. Vio como ella giró la cabeza y le sonrió justo al mirarle. Fue hacia él y se acurrucó en su cuerpo como un ovillo de lana.
"No demasiado, lo justo supongo"
Ella sonrió y él le hizo cosquillas. Sabía que lo quería con intensidad. Tanto como él.
Por razones de diversión y juegos se inventaban que no se querían tanto, como si lo suyo fuera mas diversión que pasión.
Las ventanas y la puerta abierta hacía que la lluvia se escuchara con fuerza, las aspas de la lámpara refrescaban sus cuerpos. Él se levantó para beber agua, ella le pidió que volviera a la cama, jugó un rato acariciando los pies de su amante con los suyos. Buscaba atención y juegos, él parecía estar hundido en la almohada. La miraba pensativo sin tener intensión de hacer nada más que estar allí; hundido en la cama junto a la chica que más le divertía. Ella pareció aburrirse de buscar atención sin obtener resultados, se levantó, se sentó junto a la ventana, como una niña que espera a que escampe para salir a jugar.
"Crees que escampará "
"Seguro, si no lo hace tendremos que quedarnos aquí... para siempre"
Ella apoyó los brazos cruzados en el marco de la ventana y dejó su cabeza caer sobre ellos.
"No me importaría quedarme aquí contigo"
" Viendo llover, bebiendo mojito, achispados todo el día tumbados en la cama y dejandonos hacer esas cosas que tanto nos gustan"
Ella no apartó la mirada de la lluvia, una de las chicas que pernoctaban en las cabañas vecinas salia corriendo para ir a la pequeña tienda de alimentación para comprar algo para pasar el día a cobijo.
"Me quieres?"
Eso le recordó que tendría que ir a compra ella también algo para pasar el día, no le apetecía comida rápida y tan poco sana, haría algo que le gustara a él...
"Me quieres?"
Se incorporó en la cama para volver a preguntárselo. Vio como ella giró la cabeza y le sonrió justo al mirarle. Fue hacia él y se acurrucó en su cuerpo como un ovillo de lana.
"No demasiado, lo justo supongo"
Ella sonrió y él le hizo cosquillas. Sabía que lo quería con intensidad. Tanto como él.
Por razones de diversión y juegos se inventaban que no se querían tanto, como si lo suyo fuera mas diversión que pasión.
*
Te quiero inapropiadamente y con impuntualidad.
Te quiero cuando toca dormir,
o hacer cosas serias,
e incluso a la hora de tomar el té.
Te quiero con urgencia cuando estás ocupado,
y con desesperación si te vas
. Te quiero como punto de partida a cualquier lugar del mapa,
y como punto de llegada a todos mis sueños.
Te quise sin saber que existías,
y sin poder apuntar tu nombre.
Y ahora que te sé, te quiero, te quiero más.
Te quiero imprudentemente,
aunque no corresponda o digan que no se puede.
Y esto es lo único que de verdad importa.
Que yo a ti te quiero.
Y punto final.
*
Que bello poema, que bello relato
ResponderEliminarCuando alguien menciona el olor de la tierra mojada me voy de viaje a la infancia, precioso
Besos
hello my sweet nieves is an honor to read you kisses
ResponderEliminarNunca hay que arrepentirse de amar, mantener la llama encendida y esperar ser correspondida, el tiempo dirá, un abrazo, Nieves!
ResponderEliminarPor aquí, la lluvia de verano, trae el final del buen tiempo y de las noches cálidas.
ResponderEliminarAsí nos acercamos más y nos queremos más...
Muchas gracias poor vuestros comentarios y visitas.
ResponderEliminarUn beso cantares :)
thank you andy :)
Un abrazote Cristina :)
Un besote Rubén :)