Mi vida era un mar en calma, un mar adentro, un vaivén mecido por mareas lejanas...
Has llegado sin avisar, como una ola solitaria revolviendo todo y agitando sin compasión todos los tesoros que guardaba en silencioso y calmado secreto.
Has arrasado y te has vuelto a llevar parte de mis enseres, de mis posesiones, de mis tesoros.
Aún siento el murmullo, el rugir de tu llegada, la sorpresa al verte frente a mí, el sentirme rendida ante el inevitable desenlace, la sensación de vacío, de haber vuelto a sobrevivir a tu envite y seguir ante todo manteniendome a flote, sin rasguños, pero con el sabor a tu sal en mi cuerpo aventurero.
Una prosa poética subyugante. Me has dejado tan revuelto como esa ola marina que nos d un revolcón que se transforma en caricia....
ResponderEliminarAbrazos!!
Esas olas marinas con ese bravío y espumerío de amor mientras más tempestuosas sean, mejor que mejor, ya que son empujes de la naturaleza que estallan en pasión y desenfreno jajaja
ResponderEliminarBesos Nieves y que pases muy buen fin de semana.
Salir a flote y sin rasguños, tarea bien difícil. ¡Qué suerte para ella.
ResponderEliminarBesos, buen finde Nieves
Está bien que después de una temporada de calma, aparezca como por arte de magia esa ola que lo revuelve todo....Bendita ola!!Las olas son buenas mientras no se conviertan en tsunami.
ResponderEliminarMil besos!!!!