La vida hace coincidir a las
personas en unos momentos dados, en un tramo del camino donde las circuntancias
crean, en cierto modo, un vínculo entre las personas que coinciden en tiempo y
espacio.
Ellos coincidieron durante un periodo importante de tiempo.
Compartían el desayuno antes de montarse en sus respectivos
autobuses que los llevaban a sus trabajos. En ese periodo de
tiempo pasaron de ser completos desconocidos, a esa cara conocida, a
esa persona con el que hablas algo mientras miráis la televisión del bar,
y finalmente con quien compartes el crucigrama del periódico cada mañana
mientras se comparte alguna confidencia ocasional.
Un día ella le comentó que tendría que volver a una nueva sede en otra ciudad, posiblemente no la vería mas por allí. Él lo
lamentó. Durante algún tiempo seguía haciendo los crucigramas pero sin
ella no era lo mismo. Aquel bar ya no era el mismo después de
aquellos encuentros cada mañana durante más años de los que él era consiente.
Pero todo pasa, y el tiempo pasó. Años, quizás demasiados, quizás los que
debían pasar.
Ella volvía a la ciudad de vez en cuando y a veces paraba a
desayunar en ese bar donde hacía crucigramas con un hombre del que nunca supo su
nombre. Al menos el nombre por el que todos lo conocían.
Aquella mañana nevaba. Nunca nieva en esa ciudad pero
nevó. Y ella se refugió en ese bar porque al pasar le pareció bonito. Vio la
chimenea desde la calle y le gustó, desde pequeña le fascinaban las chimeneas y
el crepitar de la madera quemándose.
Tan solo había pasado un rato. Estaba sentada en la barra, con su
café y con los guantes puestos ya que aún tenía frio. El mundo se
paralizó entonces. Justo en ese instante su mirada se quedó clavada en el café
humeante. Su corazón le dio una buena sacudida. Escuchó su nombre,
no el que todos conocían. No hacía falta girarse para
descubrirlo. Solo había un hombre en el mundo que la llamaba así.
¡Hola Nieves!
ResponderEliminarEntrañable historia, parece digna de una película. Da ganas de saber más de los personajes.
Besos.
Esto merece una continuación, Nieves! Un abrazo!
ResponderEliminarTiene buena pinta, pero me he liado. Debo estar espeso.
ResponderEliminarBesos.
Ay que bonito, joderrrrrrrrrrrrr
ResponderEliminarMe ha gustado una barbaridad.
Besos.
...yyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy qué sigueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee??????? la historia promete!!!!
ResponderEliminarSegunda parte, si??? :DDD
Besossssssssssssssss =)))
el azar ya ha realizado su trabajo, ahora les toa a ellos decidir como será el futuro.
ResponderEliminarPrecioso, Nieves, un placer leer tus relatos tan llenos de encanto. Felicitaciones.
ResponderEliminarBesos 🌹 🌸
Esperemos que aprovechen esta oportunidad y no dejen pasar más años.
ResponderEliminarMuy bonito, Nieves.
Besos.
Precioso!!!! me encantò, tierno, lindo.
ResponderEliminarBuen fin de semana
Besos
Escuche chistear mi nombre, me di la vuelta, la mire y me dije: ¿quien sera esta vieja?, ella hizo un mohin y la reconoci
ResponderEliminarBesos
:) Muchas gracias por vuestro entusiasmo. Posiblemente tengais algo más de esta historia.
ResponderEliminarUn abrazo grande amig@s