Hay rumbos que se toman con los
ojos cerrados, solo sintiendo.
En estas fechas del año las altas temperatura hacen que lleve el
pelo recogido, enroscado en un moño descuidado cogido por unas pinzas. Me gusta
salir de la ducha sin cubrir, sentir en mi cuerpo la agradable sensación de
estar en mi hogar, el cual he mantenido estratégicamente cuidado para que el
infierno de la calle no entre por ninguna rendija. En ocasiones ocurre que me
quedo un rato desnuda comiendo uno de esos vasitos de helado, lamiendo la
cuchara lentamente. Sonrío al ver que me observas, con una mirada serena,
guardando en delicioso silencio, posibles impulsos que prefieres contener.
Mi cuerpo es como la Rosa de vientos, donde cualquier rumbo
que elijas se convertirá en un buen destino. Si decides mi Norte verás mis ojos
de color cambiante según las luces y las sombras del momento y el lugar. Mi
boca que se muerde cuando te pienso, mi lengua helada con sabor a chocolate y
caramelo. Si elijes el Este o el Oeste encontrarás mis delicados y suaves
brazos, dedos que buscan acariciarte, manos que aprendieron el oficio de
costurera y cocinera en sus tiempos ociosos. Pero si elijes el Sur
encontrarás montañas imperfectas, llanura inmensa donde recrearte y descansar
recostado en ella en esos días donde el cuerpo no pide más, aún sabiendo
que más al sur se encuentra ese oasis, esa cueva ancestral de tesoros y deseos,
placeres y delirios. Y más al sur, esos pies delicados y patosos, dados a
tropezar en la misma piedra, una y otra vez, con sus dedos erguidos por
el sentir de ciertos pensamientos íntimos que delatan la suavidad del
momento. Me pierdo en tu mirada, me ruboriza entonces el momento. Dejo el vasito de helado
abandonado y me pongo el vestido blanco con flores rosas, ese que deja ver mis
rodillas, no me pongo más, quiero que sepas que no hay más debajo de ese
vestido de saldo.
Y la tarde avanza, posiblemente alguien llame a la puerta y deba
atenderle o simplemente pase la tarde en el jardín arreglando las macetas y las flores. Y
te sentarás en tu silla favorita con una de tus infusiones esperando que
algún viento levante mi vestido, que creas ver lo que no has vistos, y esperes
pacientemente el mejor momento. Lo sabes al igual que yo...
Hay rumbos que se toman con los ojos cerrados, solo sintiendo.
Y en esos rumbos llegar al sitio adecuado es la mayor de las recompensas.
ResponderEliminarA veces saber esperar vale mucho la pena.
Si al final, el verano no será tan malo... jajaja
ResponderEliminarBesos :))
Recreándose en la situación, demorando el ataque.
ResponderEliminarBesos.
La recompensa será de lo mejor, estoy segura!
ResponderEliminarBesos =)))
PD: precisamente me estoy comiendo un helado de chocolate.... ;)
Nunca se sabe si esta mujer vive esas historias o si las sueña, ya sea de una manera o de otra, respira sensualidad, un abrazo Nieves!
ResponderEliminarAfortunado el viajero que recorra esos caminos; afortunado el que repose en ese llano, vecino de dulces colinas y gruta milagrosa en la que saciar la sed del deseo.
ResponderEliminarUn bello escrito; uno más de la larga serie del ''strip tease'' sensual con que mos obsequia.
Gracias A... la fortuna no sólo suele sentirla el viajero :)
EliminarBesitos
Una delicia leerte a temprana hora con los sentidos bien despiertos.
ResponderEliminarUn beso.
Qué placer leerte, aquí donde sos vos, con este post donde el calor y la geografía sensual de tu cuerpo se juntan, memorándolo a él. Un placer leerte. Carlos
ResponderEliminarGracias Carlos por pasarte por mi casa y leerme
EliminarEres bienvenido cada vez que te apetezca visitarme
Besitos !!
Cualquier día voy y llamo...
ResponderEliminar:P
Besos.
Insinuante relato, Nieves.
ResponderEliminarTienes arte 🎨
Besos, buen finde 💐 🌸
Hermososas letras, un encanto
ResponderEliminarBesos
Tu lo has dicho: solo sintiendo
ResponderEliminarBesos
Sensibilidad y dulzura en cada frase. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias a todos por vuestra visita y las palabras tan amables.
ResponderEliminarOs mando un gradioso Abrazo amig@s Y pos deseo una feliz semana :D