Le gusta cuando la miras.
Era un día perfecto, un día de sol, de luz y el viento traía risas
y charlas alegres. Él deambulaba por el lugar, ayudaba un rato en la
cocina o se sentaba en uno de los bancos a fumar un cigarro.
A veces ella sentía que la miraba, sentado a distancia de ella, la
observaba apacible, silencioso, con ideas y pensamientos que brotan sin
querer, ideas y pensamientos que son difíciles de confesar, que se quedan
para uno.
Ella lo
mira y tiene sus propias ideas, sus propios pensamientos, quiere quedarse allí
para siempre y que el tiempo se pare, lo mira y no sabe muy bien que
hacer con tanta felicidad. De vez en cuando ella se sentía observada,
protegida y cuidada por la persona que le hacia bonito su mundo, ella le
reconfortaba y él le sacaba una sonrisa, ella le sosegaba y le mantenía
fuerte ante la vida.
Ellos eran esa clase de gente bonita, la que aprieta la mano
y cuando mira a los ojos llega hasta el corazón. Su sola presencia emociona
porque respetan, porque no juzgan y siempre dan margen y libertad. Eran de esa gente bonita que quieren de verdad, que regalan lo mejor de ellos y que les cuesta que le broten las palabras.
Pero qué bonito Nieves!
ResponderEliminarGente bonita....BP (Beautiful People) ;)
Besos bonitos :DDD
Precioso relato, Nieves, me ha encantado.
ResponderEliminarBesos 🌸
Ayyyy mueroooo de amor!!!!!!!!!!!!! :)¨
ResponderEliminarMil besos!!
que entrada tan lograda.
ResponderEliminarSi esas personas son las que quieres cerca para pasar la vida.
Que bonita entrada, muchas gracias por compartirla
ResponderEliminarBesos
Un texto entrañable, delicioso, de esos que ensanchan el corazón y hacen decir: mientras haya personas así, no todo está perdido en este mundo.
ResponderEliminarUn abrazote.
Las miradas cómplices son indescriptibles. Un abrazo.
ResponderEliminarHermosa entrada, me hiciste acordar de alguien a quien quise mucho. Que andes muy bien, saludos <3
ResponderEliminarYa no conozco nadie así...
ResponderEliminarUna pena.