Antonio y Javier son compañeros de trabajo. Comparten el coche
para ir a su gabinete de tatuajes desde hace 12 años. En este tiempo, son
verdaderos amigos, hermanos, familia. Comparten la vida, todo lo bueno,
todo lo malo.
Esta mañana llegaban tarde. Hacía una mañana atípica de primavera.
Frío, niebla y por muy extraño que pareciera poco tráfico en la
carretera.
Javier conduce y Antonio le habla de las anginas de su niña. El
coche patina... - Joder, debía haber
aceite en la carretera- Vuelve a patinar, volantazo, izquierda,
derecha. Un coche se le cruza, sienten el choque, salen de la carretera y el
vehículo se vuelca.
Antonio se toca las piernas, los hombros, está ileso, entero. Mira
a Javier y descubre que tiene sangre bajando por la frente que ya baja por la
mejilla. - Tranquilo, ¿Estás bien? ¿Que
tienes, solo la frente o te duele algo? - Javier le dice que le
duele el cuello. Antonio sale del coche. Llama al 112. Algunos
coches han parado para ayudar, otros al ver que todo está relativamente bien
prosiguen su marcha. La Ambulancia no tarda en llegar. Verifican que
Antonio está ileso pero Javier tiene que ser llevado al hospital para
hacerles algunas pruebas, lo han entubado y sedado para su traslado. Javier lo
acompañará en la Ambulancia, no llamará a Carmen hasta que lleguen al hospital.
Uno de los asistentes de la Ambulancia le pregunta a Antonio si
Javier lleva encima la tarjeta sanitaria. Éste con la mayor tranquilidad
y confianza busca entre los bolcillos la cartera, la encuentra en el
bolcillo interno de la chaqueta. La abre y busca entre las tarjetas
habituales. Si. Allí estaba. Se la entrega al enfermero. Hace por
cerrarla y volverla a poner donde la encontró cuando le llama la atención una
de esas fotos consecutivas de fotomatón, está doblada un par de veces,
por inercia la coge y la despliega. Eran cuatro fotos de Javier con la
esposa de Antonio. Fotos de risas, mirada y beso, no en la boca pero ahí estaba ese beso. Antonio vuelve a doblarla, la introduce en ese rinconcito oculto de
la cartera y vuelve a meter la cartera en el bolcillo de la chaqueta.
El estómago le da la vuelta. Un sopor le recorre el cuerpo. El tiempo
parece ir ralentizado. Se sube a la Ambulancia. Nunca fue celoso,
estaba convencido de que Ángela lo quería de verdad. No podía pensar que...
Esas cosas se notan, al menos él siempre pensó que se debe de
notar. No podía dejar de quererla de la noche a la mañana, no quería
enfadarse, solo quería saber los motivos por los que su mejor amigo llevaba unas
fotos de su mujer dándole besos en su cartera. Y porqué ninguno había dicho
nada.
Cerca de tres horas después Carmen y Ángela llegaban las dos
juntas al hospital. Ángela se abrazó con fuerza a Antonio, le preguntó
siete veces si estaba bien y le daba besos en la boca y en los ojos. Carmen aliviada
por la noticias de que en un rato darían el alta médica a Javier esperaba en la
puerta mirando atenta el pasillo para ver aparecer de un momento a otro al amor
de su vida desde los 14 años.
No tardó en salir. Todos aliviados porque todo se quedara en un
gran susto. Salieron del Hospital camino a casa. Carmen conducía.
Hablaban del accidente, de los motivos y de la suerte de que al
final no hubieran consecuencias grabes... Antonio permanecía en silencio en la parte de atrás del coche junto a Javier. Él si sabía que aquel accidente
había tenido consecuencias, algo que no eran huesos se había roto esa mañana de
frío y niebla. Todos reían. Los ojos de Antonio estaban tristes. Ángela
pensaba que era por el susto vivido.
Él en su silencio pensaba que tenía miedo a que este fuera el principio de una catástrofe. Quería saber. Sentía angustia y vértigo. Miedo a que toda su vida se desplomara como naipes.
Él en su silencio pensaba que tenía miedo a que este fuera el principio de una catástrofe. Quería saber. Sentía angustia y vértigo. Miedo a que toda su vida se desplomara como naipes.
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Ya nunca será igual, una historia triste y sin final feliz, un abrazo Nieves!
ResponderEliminarLa curiosidad mato al gato
ResponderEliminarBesos
solo hay una solución: Preguntar a quemarropa.
ResponderEliminarlo peor imaginar sin saber.
Preguntar antes de juzgar.
ResponderEliminarBesos 🌹
Descubrir una traiciòn es desgarrante, muy buena tu historia
ResponderEliminarBesos
Uf! buenísima Nieves, pero no hay de otra, hay que preguntar antes de suponer.....
ResponderEliminarSeguirá??? :DDDD
Besos =)))
Habrá que preguntar, a lo mejor hay una explicación...O quizás Antonio no quiera saber...
ResponderEliminarMil besos!!!
Puede ser muy real. En situaciones criticas, han salido a relucir muchas cosas, que en condiciones normales no se darían. Muy buen texto, te felicito Nieves.
ResponderEliminarBesos.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por vuestro entusiasmo. Puede que si la inspiración llega sepáis algo más de estos personajes.
Un beso graaaande amig@s :)