Martina
solía salir del trabajo un poco más tarde que todos los compañeros.
Almorzaba en un bar concurrido y prefería llegar a esa hora en la que la
mayoría de los comensales habían terminado y así se aseguraba mesa libre.
Un
día cualquiera en mitad de la ciudad, sentada ya en su mesa preferida y
con el sol dándole calorcito a través de las cristaleras el volumen del
televisor más alto de lo habitual llamó su atención. Preguntó
a Marcelino - el camarero - que había ocurrido, todos
estaban hipnotizados mirando las imágenes de televisión.
- Se ha
estrellado algo en un barrio de las afueras. Creen que es un meteorito pero ha
causado demasiados destrozos para que sea un simple meteoro. Están
barajando la idea que fuera un misil.
- ¿Un
misil?
- Ya
sabes como está el mundo señorita... el mundo se desmorona...
Martina observada sin
dar crédito las casas adosadas de aquel maltrecho barrio, casas humeantes
y derruidas por partes. La publicidad hizo que algunas de las
personas que se agolparon bajo el aparato de televisión se dirigieran a la
calle y encendieran sus cigarrillos dando rienda suelta a toda clase de
especulaciones.
Se quedó sentada, con su almuerzo frente a ella aunque el apetito había
desaparecido de golpe. Comía con desgana... miraba los anuncios cuando
súbitamente Sebastián apareció en pantalla, su compañía de Teatro
comenzaba la temporada, estaba caracterizado con su personaje,
irreconocible para la mayoría pero Martina lo reconocía con un instinto
prodigioso. Aunque seguían siendo vecinos apenas se veían,
Sebastián siempre estaba de gira y desde que había anunciado su boda con
aquella actriz secundaria, numerosos reporteros estaban apostados en la
puerta de su casa día y noche, lo que provocaba que eligiera alguna de sus
otras casas.
Justo
aquella tarde Sebastián y Martina coincidieron en los aparcamientos.
Sebastián se demoraba sacando algo del maletero lo que no dejó margen al
disimulo teniendo que saludarle al pasar...
- Que hay... Respondió
Sebastián sin apenas mirarla, mientras seguía sacando una caja más de
aquel profundo maletero.
Martina
pasó de largo. Estaba acostumbrada a que no le prestara demasiada
atención. Pero esta vez se volvió y le preguntó si necesitaba ayuda.
- Pues
la verdad es que si.... Valentina se empeña en meterlo todo en
cajas.
-Es
verdad... dijo Martina con desgana. Te casas pronto.
Felicidades.
-
Gracias.
Hablaron
de las cosas que había dentro de aquellas cajas hasta llegar al salón de la
casa del actor. El silencio y el vacío del inmueble le recordó a Martina el
fallecimiento de sus padres.
-
Siento mucho lo de tus padres. Eran tan buenas personas, tan amables y
atentos...
- Los
echo de menos... no me acostumbro a estar solo, hemos adelantado la boda
por eso.
Martina
estaba en la puerta, dispuesta a despedirse y marcharse. El actor
con el pelo alborotado y con barba de varios días se sacudía las manos,
miraba alrededor como si no supiera por donde empezar, como
si tuviera tantas cosas por hacer que se agolparan todas juntas sin
orden ni control.
- Gracias por ayudarme Martina, has sido muy amable.
- Si
necesitas ayuda... Yo no tengo nada que hacer.
-La
verdad es que... - titubeó un momento- Valentina está de
promoción y me ha dejado a cargo de los preparativos... y bueno... gracias pero
la verdad es que tengo que salir ahora mismo para la Hacienda y no sé...
mañana empiezan a llegar los trabajadores para la decoración y todo
eso... tengo que estar allí para recoger los vestidos de la ceremonia y....
-
Bueno, no importa. - interrumpió Martina sin querer escuchar mas la retahíla- te
dejo entonces...
En
ese momento Sebastián fue consiente de la sorprendente actitud de su vecina. Lo
había estado ignorando toda la vida y siempre lo miraba con esa cara de
"policía secreta" , esa mirada lo intimidó toda la vida... ella
salía con chicos tan modernos, de esos alternativos con tatuajes y camisetas
negras... siempre tuvo claro que no tenía nada que hacer, nunca entendió que
veía en esos "cabezas de chorlito"... desde aquél de la
moto , con la cazadora vaquera con alas a la espalda no tuvo mas novios, y de
eso hacía ya... tres años...
-
Eeeeeh... bueno... - balbuceó- si te aparece podrías
acompañarme... No me vendría mal unos ojos femeninos que yo de decoración y
estilismos no entiendo nada.
A
Martina le sorprendió aquella propuesta. La verdad es que no supo muy bien
porqué se ofreció. Fue un impulso. Quizás porque no entendía como aquella
actriz secundaria lo podía haber dejado con todo
los preparativos a él, que si lo conociera un poquito sabría que la
organización no era su punto fuerte.
Era la siete pasadas cuando llegaron a la Hacienda. El actor la había comprado gracias a "Honor y gaviotas" una película nada original... de esas que el ejército y el amor van de la mano.
Aún
había bastante luz, el SOL brillaba anaranjado en el horizonte. Una
camioneta llegó a penas minutos después de que dejaran sus maletas en el
porche.
Eran
los trajes de la ceremonia. El traje de Sebastián y el de la novia...
Valentina.
Él
firmó el documento de entrega y uno de los mensajeros los colocó
con sumo cuidado en el dormitorio central.
Dejaron
sus maletas en sus respectivos dormitorios. A Martina le sorprendió que tuviera
"prohibido" entrar en el dormitorio central. El actor se
lo comentó cuando dejó su maleta en uno de los dormitorios de invitados y entró
como un ladrón que entra en casa ajena al dormitorio prohibido
para probarse el traje de la ceremonia.
Cuando
lo vio salir ella tragó en seco. Pocas veces lo había visto tan guapo, le
recordó a una de sus películas; " El descenso del
escarabajo" nunca antes lo había visto tan guapo.
- Que? como estoy...
-
Bien... Muy guapo. ¿te pondrás corbata?
- Desgraciadamente
si....
Él dio unos pasos por la sala, se metió las manos en los bolsillos, se movía como si quisiera encajar en unas ropas no demasiado cómodas.
- Pruébate el vestido de valentina...
- ¡¡¡¿¿¿ Que dice???!!!
- Te estará bien! Tenéis el mismo cuerpo, tú puede que seas un poco más bajita pero por lo demás no creo que haya diferencia. Venga, póntelo!
- Pero, y si lo estropeo, si le pasa algo al vestido... da mala suerte ver el traje de novia antes de la ceremonia!!!
- Todavía crees en esas pamplinas. Venga, será como una fiesta de disfraces!!!
Tras varios minutos titubeando Martina entró en el dormitorio y se colocó el vestido de la novia, tal y como predijo Sebastián le quedaba como un guante, un poco largo eso si...
-WOW !!! Estás hermosa Martina... - la observaba desde el otro estremo de la sala, con las manos en los bolsillos, hizo una mueca, como una sonrisa-
Ella paseó temerosa por la sala, subiéndose el vestido con las manos para no arrastrarlo demasiado.
- Es
precioso, Valentina lo sabrá lucir mejor. Me lo quitaré ya, no quiero
que...
- No te lo quites, demos un paseo por el porche.
- Que
no Sebastián, que se va a manchar!!!
- Si se mancha no pasa nada, mañana lo mando a limpiar y punto, pero quiero dar un paseo con este traje - movió el cuerpo como si fuera un atleta antes de comenzar la carrera-
Salieron
al porche, del porche al jardín y del jardín al recinto donde trotaba un
hermoso caballo blanco llamado Fantasma. Él lo miró
con desconfianza y contó que sino fuera por Valentina ya lo había
vendido, no le gustaban nada los caballos. El actor se sorprendió
cuando Martina le confesó que sabía montar, durante tres veranos estuvo pasando
las vacaciones en una granja escuela donde aprendió. A ella
le encantaban pero era un animal que una anónima publicista no podría
costearse nunca.
Sebastián saltó de una forma inusitada la valla donde se encontraba el caballo y se sentó en la madera mas alta.
- Una
vez se nos escapó, lo encontramos a unos kms. En la granja que pasamos, donde
se veían las placas solares...
La
muchacha hizo una especia de sonido, un leve ay... él miró atrás y la vio
sentada en el suelo...
-Pisé el vestido... me caí.
Sebastián no se movió
para ayudarla, no hizo ningún aspaviento temeroso de que el vestido pudiera
haber sufrido algún accidente. Se quitó la chaqueta que la colgó en una de las maderas de la valla y se puso la gorra que siempre le esperaba en el vallado. Se sentó junto a ella en el suelo.
- Te has hecho daño?
Ella gesticuló negando.
- ¿Porqué me has invitado? Aquel momento le incomodó. La puso lo suficientemente nerviosa, por primera vez sentía que era visible para el actor.
- ¿Porqué no lo haces?
- ¿El qué?
Ella quería haberse levantado. No quería enredarse en amoríos.
Sintió la brisa de los últimos momentos del día, un breve silencio,
se miraron posiblemente por primera vez en sus vidas y se convirtieron en
vapor de dudas.
- Si no lo haces tú lo haré yo...
Ella permaneció inmovil. Se quedaría allí todo el tiempo necesario. Hasta que el actor besó a Martina.
.........
En mitad de la noche, después
de haber hecho el amor en el discreto cuarto de invitados la chica despertó al
sentir moverse a Sebastián. Él se levantó y se marchó sigiloso, ella estaba cansada y el
sueño le rindió y se quedó dormida.
Martina aún en la cama buscó
alguna noticia sobre el meteorito, todos los países había
descartado el misil, las imágenes en la web eran sorprendente un
pedrusco de grandes dimensiones había aparecido
tras la limpieza de escombros. Un trozo de piedra alienígena
humeante que a pesar de las horas que habían pasado seguía inquietando a
todos los científicos ya que tenía una gran abertura como si algo hubiera viejado dentro a la velocidad de la luz.
La muchacha tras tomarse un
café decidió pasear por los alrededores de la Hacienda,
descubrió el embarcadero, era un lugar de
ensueño. Quiso acercarse para hacer algunas fotos, se
recogió el cabello y al hacerlo el collar que el actor le
había regalado en su décimo segundo cumpleaños - cuando tan sólo
era un amigo más del cole- se calló al agua.
Martina
no sabía nadar y cuando él llegó ella aún estaba en el embarcadero
gimoteando por la pérdida de su collar.
- No te
preocupes lo encontraré.
Se
zambulló en el agua y desapareció tras coger oxígeno suficiente como para una
rápida inmersión.
Tardaba
tanto en salir que Martina comenzaba a ponerse nerviosa... no salía a la
superficie... los minutos pasaban y no había señales de Sebastián. Un
cuarto de hora después el hombre salió a la superficie con el
collar enredado entre sus dedos.
-
¿Como lo has hecho?
- Ha
sido complicado el fondo tiene demasiado lodo y...
-
Como has podido estar tantos minutos sin respirar.
- He
salido a respirar un par de veces...
- No
has salido, yo he estado aquí y no te he visto.
- Si he
salido Martina... le
colocó el collar alrededor del cuello de la joven, le sonrió, la agarró de la
cintura con cierta timidez, la besó suavemente, sin prisas...
... ...
Dos
meses después todas las revistas del corazón comentaban inesperada ruptura de los dos actores. Las desclaraciones de la actriz ante la humillante ruptuta del enlace. Los rumores del nuevo romance de Sebastián comenzaban a ser protagonista de las tertulias televisivas. Nadie comprendía aquel remolino de sentimientos encontrados. Y todos querían saber el nombre de la nueva chica del actor, esa por la que había avandonado a la actriz de moda.
Sebastian había aplazado todos sus eventos y toda la prensa lo buscaba... Se sabía que si daban con él encontrarian a la nueva chica del momento.
En algún lugar indeterminado, los dos difrutaban un amor real, sin poses ni fotocol, un amor sencillo... sin actuaciones ni paripés...
Preciosa historia, Nieves, yo de tú revisaria el borrador más a menudo, ja,ja.
ResponderEliminarQué esperabas para publicarla?
Besos
El sueño de todas las chicas!!!! Muy romántica historia de amor y el misterio de cómo él pudo estar tanto tiempo bajo el agua sin ahogarse, mmmmmmm.....Habrá llegado con ese meteorito y tomó el cuerpo de su vecino actor? Un abrazo Nieves!
ResponderEliminar¿Cómo has podido tenerla tanto tiempo guardada?.
ResponderEliminarUn beso.
La Nueva Corin Tellado
ResponderEliminarBesos