Me gustaría hacer el amor contigo - le
dijo - sentenció, dejando al descubierto todas las cartas que le quedaban en
aquella jugada maestra.
La tarde se tornó naranja, los sonidos de
cascabeles perdidos fueron traídos por el viento, pudo sentir como aún quedaban
palabras que decir y deseos por cumplir.
Ella lo miró con
cautela, sin saber muy bien como actuar con uno de los suyos... A ella también le
gustaría hacer muchas cosas que no estaban a su alcance.
Y pudo sentir como aquella
proposición rezumó a tiempos lejanos, a guiños a destiempo y descubrió una vez
más que no hay mayor desventura que escuchar las palabras más hermosas en la
persona equivocada.
Me encanta eso de los cascabeles perdidos... Y es verdad, no hay nada pero que escuchar lo que quieres de la persona que no es la que quieres...
ResponderEliminarUn besazo
Suele ocurrir con demasiada frecuencia y es una situación triste para las dos partes.
ResponderEliminarCuánta frustración.
Breve y contundente tu microrrelato, Nieves.
Un abrazote.
Eso ocurre a veces. Sentido y emotivo relato.
ResponderEliminarFelicidades. Un abrazo.
"Lo que vino no convino y lo que convino no vino" La vida es así a veces, un abrazo Nieves!
ResponderEliminarCuando uno no está hecho para el otro no hay que darle vueltas, por que el asunto no encaja.
ResponderEliminarBesos Nieves.
Las palabras que las lleve el viento, no hay que dar lugar al arrepenimiento...
ResponderEliminarQue puedo decir... muchas gracias por estar siempre siguiendo mis escritos. Por vuestra companía y amistad bloguera :)
ResponderEliminarMil besos!!!