Como una víbora se arrastró sigilosa para no ser descubierta,
se deslizó por los recovecos y zigzagueó para que sus intensiones no fueran sorprendidas,
con su hermética mirada,
magnetizó a todos los que se cruzaron en su camino,
con su elocuente intelecto,
tergiversó las evidencias y embaucó a los ilusos que se le cruzaron en su camino.
Nadie pudo evitar que ese día estuviese tras la mirilla aquella hermosa mujer con lengua sibilina, mirada hermética y elocuente intelecto,
tras la puerta sus ojos vieron el final de sus problemas,
actos impúdicos que debían quedar entre esas paredes,
aunque a partir de hoy ...
Su silencio tenía forma de cheque.... de cheque en blanco.
Como una víbora se arrastró sigilosa para no ser descubierta, y sonrió.
Me la estoy imaginando, y dan ganas de salir corriendo.
ResponderEliminarUn cheque en blanco compra a mucha gente, aunque por suerte no a toda.
Besos, buena noche Nieves
y las hay
ResponderEliminarBien relatado
Abrazos
Impresionante y muy bien llevado Nieves, un abrazo!
ResponderEliminarCreo que todos tienen razón, hay muchas como esa víbora, pero supongo que cada una se arrastra como puede.
ResponderEliminarUn abrazo Nieves :)
Realmente era una víbora. Genial descripción y relato Nieves!
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy importante reconocer esas miradas y esquivarlas, ¡¡que miedo!!
ResponderEliminarAbrazo.
Una pena que exista gente así...pero desgraciadamente existen!!! Bien narrado Nieves, me ha encantadooo!!
ResponderEliminarMil besos!!
ResponderEliminar*Besitos para todos!!!
:)
Me gustan vuestros comentarios amigos. Os los agradezco de todo ♥