Su mirada lo decía todo.
Hubo un tiempo en el que del cielo caía verdadero maná,
un tiempo en el que sus labios siempre tenían carmín,
un tiempo en el que de la tierra brotaba vida, alimento y sueños,
un tiempo en el los hombres confiaban,
un tiempo donde el trabajo dignificaba y todo hombre era valorado y conocido por su oficio,
un tiempo en el que el padre guiaba y la madre cuidaba,
un tiempo en el todos tenían un nombre...
Ese tiempo se desvaneció...
desapareció... como las cenizas en el aire.
Eloisa no hizo como la mayoría, no.
Eloisa no emigró a tierras lejanas, se quedó en sus tierras yermas y secas...
*
Su mirada lo decía todo.
Hubo un tiempo en el que la vida traía amores,
un tiempo en el que los hombres la cortejaban alegremente,
un tiempo en el que ella sólo tenía ojos para uno y sólo él tenía entrada en su alcoba.
Ese tiempo se desvaneció...
desapareció... como las cenizas en el aire.
Eloisa no hizo como la mayoría, no.
No se lamentaba ni se relamía con pena pública las heridas de su corazón tan abatido como abandonado,
Eloisa guardó todo el amor que le quedaba por dar y lo conservó intacto para quien supiera encontrarlo... en lo mas profundo de su alma.
Eloisa no hizo como la mayoría, no.
No se lamentaba ni se relamía con pena pública las heridas de su corazón tan abatido como abandonado,
Eloisa guardó todo el amor que le quedaba por dar y lo conservó intacto para quien supiera encontrarlo... en lo mas profundo de su alma.
*
Su mirada lo decía todo.
Hay un tiempo en el que todo lo pasado desaparece... como las cenizas en el aire.
un tiempo en el que hay que levantarse y gritar, como gritaron los hombres que nos trajeron el maná y todos los beneficios de una vida digna.
un tiempo en el que hay que dejar de pensar como individuo y pensar en grupo, en conjunto.
Eloisa esperó el momento adecuado, dirigió las masas desde la sombra, esperó que todo muriera, que no hubiera ni un ápice de esperanza...
Algunos le advertían del riesgo.
Quizás no fuera acertado esperar tanto,
pero ella sabía esperar. Y esperaron.
pero ella sabía esperar. Y esperaron.
Un día, cuando los titiriteros dormían Elosia cubrió su cabeza y pintó su rostro.
ya hacía tiempo que habían descubiertos los hilos, los engaños, las tretas, ya hacía tiempo que los habían cortado...
pero ella sabía esperar. Y esperaron.
ya hacía tiempo que habían descubiertos los hilos, los engaños, las tretas, ya hacía tiempo que los habían cortado...
pero ella sabía esperar. Y esperaron.
Un día Todos ToDos TODOS se levantaron a la orden de esa mujer, se agitaron, gritaron y comenzaron a funcionar, moviéndose en la dirección que ellos querían marchar y no en la que siempre les marcaron.
*
Nieves, hermosa historia. Me ha encantado.
ResponderEliminarBesitos
Eloisa hizo bien,hay que saber esperar porque pienso que todo tiene su momento. Renació de sus propias cenizas.....supo esperar y no se desvaneció con ellas. Interesante reflexión Nieves!!
ResponderEliminarMil besos!!!
Muy buena metáfora Nieves.
ResponderEliminarQue las cenizas se las lleve el viento para poder florecer de nuevo
Abrazo.
Nieves, hermosa historia de títeres y su sentido de realidad pegadito a tus párrafos, muy bien armado, un abrazo!
ResponderEliminarpaciencia que merece la pena.
ResponderEliminarSe resignó y fue paciente pero en el fondo bullía la voluntad de saber que las cosas podían ser cambiadas. Por ella. Es admirable.
ResponderEliminarUn abrazo Nieves
Gracias por vuestra visita y vuestros pensamientos.
ResponderEliminarMil BESOS de todo ♥ :)