Ella tenia esa clase de belleza, lo que ves es lo que hay. Tenía unos ojos color miel y unos labios que parecía que estaban siempre pintados aunque no fuera así. Se hacía una trenza antes de ir a dormir. A veces usaba pijama, otras ... cuando dormía en su compañía prefería sentir el roce de su piel en las sábanas y ese tacto nocturno de piel con piel.
A veces despertaba en la madrugada de forma brusca, bien por algún sueño o por una de esas pesadillas. Tardaba algunos segundos en reaccionar, en reconocer el lugar, las luces y aquella cama. Entonces se acercaba a él y aún con el desazón en el alma hacía uno de esos ruiditos suyos y volvía a dormir con una mueca de descanso; no solo descanso de su maltrecho cuerpo sino de esa clase de descanso que da el estar con un hombre que no suele regalar bombones sino sonrisas, que paseaba con ella y reían a carcajadas, le enseñaba rincones nuevos, le contaba historias, algún secreto, no temía a las tormentas y aprendió esa otra medida del tiempo cogido de su mano. Ella era una de esas personas que piden poco, y sonreía pensando que nunca antes se había sentido tan viva.
Ella no era una persona simple, pero si de lo que ves es lo que hay. Ella tenía esa clase de belleza.
Hola Nieves.
ResponderEliminarA veces en la sencillez se encuentra la belleza.
Besos.
Ella era una verdadera mujer, un abrazo Nieves!
ResponderEliminarLa belleza está en la sencillez, como la elegancia.
ResponderEliminarBesos.
¿Hay algo más bello que la sencillez? Prefiero la sencillez a la apariencia. Saludos.
ResponderEliminarMenos es más. La belleza es así de natural.
ResponderEliminarBesos
Vamos... una Diosa.
ResponderEliminarBesos.