Eran épocas de tristezas, todos preparaban las fiestas y cotillones. Paseaban por las calles iluminadas de forma especial, todos guardaban su pena en el bolsillo. Todos, incluso ella. Ella que era tan de cascabeles y lucecitas también guardaba lo suyo en lo más profundo de su bolsillo, a veces metía su mano y lo acariciaba, como el que recuerda que la vida es una mierda, si. Ella también se deprimía en los últimos días del año.
Había montado el árbol de Navidad hacía varios día. Por la tarde lo encendía y lo observaba, la mayoría de los días con una sonrisa. Aquella tarde se sentó en el suelo y después de un rato yacía tumbada en el suelo mirando desde la perspectiva de una niña la decoración y la luz tintineante de su bonito árbol navideño.
Fue entonces cuando él se tumbó a su lado, la achuchó y la besó sin remilgos. " Gracias ". Dijo él mirándola a los ojos. Ella sonrió ampliamente y apretó su cuerpo contra el de aquel amor conocido. Volvieron a besarse, ella acariciaba su barba, él resbalaba sus manos hacia el culete de su chica. "Házmelo aquí" le susurró ella al odio. "¿Aquí, en el suelo , bajo el árbol?" Preguntó con una cara de pícaro y con la mirada llena de deseo. " Si, aquí..."
La desnudó, rodeó por el cuello de la chica uno de los espumillones que decoraban el árbol, y allí bajo el árbol, haciendo el amor acarició su pena guardada en el bolsillo...
Quería besarle, acariciarte, mirarlo a los ojos y hacerle esas cosas de niña traviesa. Quería dormir con él, sentirse desnudos uno frente al otro, de cuerpo, de corazón. Quería que la sintiera suya y la llenara de todo él.
Rieron a carcajadas bajo el árbol. Ella recordó los grises de la vida. Si, incluso ella se deprimía en los últimos días del año.
La vida es como es, ella tiene a alguien a su lado que la hace sentir viva, tiene que agradecer, un abrazo Nieves!
ResponderEliminarGrises , blancos , azules, rojo.
ResponderEliminarUn bello y tierno relato.
Buen finde.
Los grises serían negros si no por esas compensaciones que da la vida. A veces hasta tiran a blancos.
ResponderEliminarBesos.
No me gustan los días en los que hay que ser feliz por calendario.
ResponderEliminarPrefiero aquellos en los que la felicidad aparece naturalmente.
Pero un polvo bajo el arbol lo acepto cualquier día del año, si se le añaden las risas ya es insuperable.
Bonita manera de deprimirse
ResponderEliminarBesos
Un poco atípico el Papá Noel que entró por la chimenea,¿no?,jejeje.
ResponderEliminarUn beso.
Bonito relato, Nieves.
ResponderEliminarEstas fechas a algunos deprime y a mi también.
Besos, feliz domingo🌹
Son fechas que traen muchas nostalgias y también reavivan penas viejas.
ResponderEliminarMenos mal que ella tiene una buena compañía para hacerle frente a la tristeza.
Un abrazo grande, querida Nieves, por el problema de la enfermedad de mi hermana
no estaré muy disponible para visitar a los amigos virtuales.
Bonita historia, los tiempos del amor son deliciosos
ResponderEliminarBesos
Gracias por vuestros comentarios y por vuestras visitas a casa.
ResponderEliminarUn besito amig@s
:D
Tierna historia, me gusta Nieves =)))
ResponderEliminarBesitos :D