El verano había acabado y con él las vacaciones. Lejos de
angustiarse y lamentar la rutina, ella sentía una suave sensación de alivio y
tranquilidad.
Él había estado todo el verano con su hermana enferma, en un pueblo cerca de la frontera sur portuguesa. Donde apenas llega la cobertura de
telefonía y los días van al ritmo de uno.
Ella había estado en casa la mayor parte de ese verano. Lo
entretuvo ágilmente para que la espera no se le hiciera eterna, aún así hubo
días eternos, días que fueron como el más largo de los veranos.
Habían pasado algunos días de Septiembre. Todos habían
vuelto al trabajo, al colegio, a los horarios cerrados, a las agendas y
almanaques. Esa noche llovió, las temperaturas bajaron notablemente.
Era lunes, le tocaba descanso en su cuadrante laboral. Aún estaba en la
cama cuando escuchó el timbre de la puerta, de esa forma tan... tan de él.
Abrió los ojos y agudizó el oído. -Quizá
estuviera aún soñando-. Se levantó, descalza y presurosa al volver escucharlo. Abrió la puerta y allí estaba, con esa cara de hombre que
vuelve a pesar del tiempo que se distanció. De hombre que retorna a ese
espacio que lo hace sentirse vivo. "Hola " "Hola"
Expandió su tórax con ese gesto inequívoco de macho alfa e hizo
una de esas preguntas que marcan seguridad. ” ¿No le das un abrazo a papi?” Ella se acercó sonriendo y
se hundió en él. "¿Me has
echado de menos?" Ella no dijo nada solo asintió con la cabeza.
"Estaba deseando
volver a casa y sentir este culito entre mis manos" Acarició
con suavidad el glúteo de la mujer. Ella subió la mirada y se
dieron un suave beso en los labios. La cogió en brazos y entraron en casa.
Ella le había pedido unos minutos. Él descansaba en mitad de
la cama, miraba a la pared desnudo, observaba pequeños cambios en esa
habitación tan conocida. El pasillo y la habitación estaban en suave
penumbra. Ella paró a los pies de la cama. Pero... las vistas le provocaron
una de sus mejores sonrisas. Gateó hasta llegar a la cinta roja.
Abrió su regalo. El desayuno se quedó esperando en el jardín. El
verano había terminado.
Que buen regreso.El otoño se adivina "caliente".
ResponderEliminarUn beso.
Hacer que el amor sorprenda para que no se ponga cómodo, muy bueno, un abrazo Nieves!
ResponderEliminarHola Nieves!
ResponderEliminarA mi no me importa el regreso. Sobretodo porque implica el fin del calor!
Besos
Bonito
ResponderEliminarBesos
Vamos, igual que lo mío... grrrrrrrrr
ResponderEliminarBesos.
El final de las vacaciones no es triste para todos.
ResponderEliminarBesos.
Con una "rentrée" así bien vale perder de vista al verano...
ResponderEliminarUn beso muy fuerte y...¡feliz mes de septiembre!
El desayuno para después.
ResponderEliminarBesos 🌹 🌸 💐 🌼 🌷
es lo que tienen las separaciones: el reajunte.
ResponderEliminarInteresante historia y diferente
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias amig@s. Sin duda la vida es esto, veranos e inviernos largos, reecuentros y olvidos... todo según toque, según vaya la vida.
ResponderEliminarBesitos :) Y sed felices
En verano puede pasar cualquier cosa, ya que como es tan largo da mucho de sí.
ResponderEliminarBesos Nieves.
Así como ese reencuentro, no importa que empiece el verano otra vez!!! jajajaja
ResponderEliminarBesos
Gracias Rafa
ResponderEliminarGracias Liliana
El verano puede durar lo que quiera durar en nuestro corazón.
:) Besitos