El teléfono suena en algún
momento de la tarde. Dante está al otro lado de la línea. Tan
lejos que no siente el pálpito de ese corazón tranquilo y libre.
Ella le saluda con sonrisa de tele operadora. Dante le
habla con voz cansada. Le duele la espalda, tiene las manos destrozadas
por la falta de costumbre de trabajo duro, se ha quemado la cara por el sol,
apenas duerme por la noche "No puedo dormir sin ti " -añade en
voz mas baja buscando complicidad-. "Ya no estoy para trabajar en
el campo, estoy viejo. Cuando vuelva aceptaré el trabajo de jardinero,
aunque sea por ese mísero sueldo. Te pintaré en el jardín con esos
pantaloncitos tuyos. Y quiero que me hagas tu bizcocho, ¿ Me lo harás?
"
Ella asiente con la cabeza y esboza un "SI. ¿El de
fresa?"
Dante aclara que prefiere de CoCo. Ambos sonrien.
"Tengo ganas de dormir contigo y oler a ese gel de coco tuyo. Sé que
cuando vuelvas estarás muy liada pero pasaremos los fines de semanas juntos.
¿Vale?"
Ella asiente con la cabeza y esboza un "SI. Yo también tengo
ganas de verte"
Dante suspira, respira profundo expandiendo el tórax. " Te hecho de menos canija. No fue buena idea marcharme,
lo sé, lo noto en tu voz. ¿ Te va bien en el curro?"
Ella asiende con la cabeza y esboza un "SI. La cosa va
tranquila pero tenemos un par de proyectos nuevos"
Dante le dice que cuando vuelva parecerá un "pies negros", que
la noche antes vomitó por beber tanta agua. Que quiere volver a casa para
hacerle el amor y le recuerda algún capítulo de los últimos días que pasaron
juntos.
Ella, esta vez prefiere guardar silencio. Sabe que su tiempo acabó, la sensación de desierto y vacío. Sigue escuchando a
su viejo amante. Su amante patoso lleno de soledades y libertades utópicas,
amor que viene y va, remolino de miradas, viejo arcoíris gastado como
papel de pared. Escucha como se despide con un hasta mañana. Cuelga
el teléfono sin escuchar ese te quiero sincero. Sintiendo el escalofrío de
lo poco que contar. Del desierto de la nada.
Abandona el teléfono en la mesa. Recuerda aquellas palabras,
aquellas que le dijo su primer amor, ese amor único y verdadero mucho
antes de él...
"Cuando seas débil aparenta ser fuerte. Cuando seas fuerte
aparenta debilidad"
A veces es mejor dejar creer a quien lo necesita que nada cambió, si está lejos se sentirá reconfortado, y si es lo que necesita está bien, un abrazo Nieves!
ResponderEliminarHola Nieves.
ResponderEliminarIntensa historia como todas tus entradas. Me gusta mucho esa última frase. ¿Me dejas que la adopte?
Besos.
Fenomenal entrada, y el último párrafo genial.
ResponderEliminarBesos Nieves.
Y los que no podemos aparentar qué hacemos?
ResponderEliminarSiempre hay una persona que sabe que se ha terminado antes, mucho antes de que la otra se entere.
ResponderEliminarLa distancia es peligrosa para los amores.
ResponderEliminarBuen relato.
Besos.
Una historia tuya romantica soñadora
ResponderEliminarBuena semana, aqui comenzamos la primavera, allà comenzaràn los amarillos y ocres, hermosos colores del otoño
Besos
Nunca llamaba, lo veia como perdida de tiempo
ResponderEliminarBesos
Al parecer ya no están en la misma onda.
ResponderEliminarMuy bien escrito, Nieves.
Besos 🌹 buen finde
El reloj del amor rara vez esta sincronizado con la otra persona, todos tenemos un ritmo. No todos llegamos justo a tiempo. Algunas veces el reloj se para. Aunque otras veces, otras veces la sincronización es de latido suizo.
ResponderEliminarGracias amig@s por venir a casa y saludarme.
Besitos!!
Sabia moraleja, conque rematas el texto. carlos
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