Un día te levantas así sin más, como todos los días de tu vida adulta, lleno de tareas y preocupaciones sin saber que es el último día de tu vida. Porque la vida se va de golpe, como un frenazo en una carretera secundaria. Se para en seco y descubres que aquello que parecía tan importante no lo era, que siempre hubo tiempo para hacer y decir otras cosas.
Y hoy despertaste en una dimensión nueva con esa sensación de sábado
por la mañana a los 10 años, sin más pensamientos que pasarlo bien y divertirte con los amigos.
Y por
un momento quieres volver a casa, para decir eso que era tan bonito y que
siempre guardarte para ti. Pero ahora los espejos no te llevan a casa, y
confundido esperas ahí en lugar indeterminado y nuevo. Donde recuerdas cada
momento amable y sonriente de tu vida, donde lo recuerdas todo nítidamente
menos ese día horripiloso que supistes lo que era eso de morir.
Quizás desde el más allá descubra una nueva manera de hacer llegar su mensaje, un abrazo Nieves!
ResponderEliminarUna vez muerto se acaba todo, no existe pensamiento alguno, ni arrepentimiento.
ResponderEliminarBesos
Es muy fácil decir "vive el aquí y el ahora como si no hubiera otros".
ResponderEliminarLo podemos hacer un rato, finalmente la avalancha de preocupaciones, de miedos, conflictos, nos envuelven en sus telarañas y seguimos corriendo.
Un gran abrazote, Nieves.
A mi parece que así es la vida. Todo pasa muy rápido y muchas cosas que quisieras realizar pero el tiempo no es suficiente por eso cada vez que sea posible hay que detener el paso y disfrutar de lo que nos gusta hacer, realmente.
ResponderEliminarLindo blog.
Abrazos.