Estaba hasta el gorro de esta
espiral de inmundicias y consumismos que era esto de vivir bien en este primer
mundo de locos. Levantarse a las cinco de la madrugada, trabajar tras un
monitor, papeles y teléfonos ardiendo esperando ser contestados. Salir del
trabajo para gastar un poco de dinero, llegar a casa y como un zombie no apreciar lo que está en su vida porque el cansancio solo le hace llegar a
duras penas al colchón para volver a levantarse a las cinco de la mañana.
Esperar el fin de semana como el que espera las mil maravillas, para que cuando
estás en ese Sábado descubrir que estás demasiado cansado, te levantas tarde y
te vas con los amigos, pillas una buena cogorza, si hay suerte duermes con una
mujer al lado y el domingo... resaca y a la cama temprano para estar a las
cinco con las botas puestas.
Si,
esto era el primer mundo, donde todo está al alcance de tu mano, donde teniendo
pasta en los bolsillos y un trabajo estable todo es fabuloso... Pero él no lo
veía claro, se levantaba de madrugada algunas veces y fumaba en el balcón de
casa... a veces deseaba que todo, todo este mundo que nos habían echo
creer que era la panacea, maravilloso mundo de zombies organizados, como
ejercito de hormigas en un hormiguero se fuera a la mierda.
Jesucristo era de la misma idea, mando al diablo el trabajo y les decía a sus seguidores que no se afanen por la ropa ni la comida. Para eso cada uno tiene el padre y el se encargara de mantenerlo.
ResponderEliminarLa solución está dentro suyo, cambiar el uso del tiempo fuera del trabajo en cosas que le produzcan placer saludablemente puede ser el primer paso para vivir mejos
ResponderEliminarBesos
Yo creo que andamos todos un poco agotados.
ResponderEliminarUn beso,Nieves.
Cunado se cae en un bucle, malo...hay que buscar nuevos horizontes.
ResponderEliminarMil besos!!!
Muchísimas gracias amig@s.
ResponderEliminarMil besos :)
Lo que se dice una vida tirada al tacho de la basura, qué pena no encontrar otro camino mejor, un abrazo Nieves!
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