No era una noche cualquiera. Su
primer 5 de Enero juntos en su pequeño hogar de madera, ronroneo y cocina
encendida.
Abrieron
sus regalos rompiendo el papel a lo loco como si aún perdurara dentro de ellos
los niños que nunca olvidaron ser.
Ambos sonrieron
al descubrir lo que escondían esos paquetes que habían estado tan celosamente
guardados durante semanas.
Él la
trataba con cuidado, como si fuera una urna de cristal que se fuera a
quebrar en cualquier instante, la miraba descubriendo sus ojos abiertos ante el
dulce momento. Ella reía y disfrutaba del regalo que habían dejado para
ella sus majestades los reyes de oriente. Ensimisma de tanta ilusión fue
sorprendida por un sonoro beso en su mejilla. Descubrió entonces la
mirada de su compañero llena de sorpresa y brillo de sentirse especial.
Ella le
miraba y descubría en él lo más dulce de su vida; su onza de chocolate a mitad
de la tarde, su caramelo en las mañanas de oficina, su brownie de
chocolate en las meriendas de sábado. Ella le escribía versos y él
los guardaba como pequeños tesoros susurrados.
Había
cosas que escribía en cartas para no decirlas, cosas que estaban en su alma y
se quedaban en él, en todas acababa diciendo cuanto lo quería, cosas que escribía
en la cama, cosas que escribía en el aire, cosas que sentía como suya, cosas
que compartían secretamente, cosas que escribían, soñaron y
crearon juntos.
Se iban
a dormir temprano, besos a media noche, desayunos compartidos con café amargo y
pastel recién horneado. Compartían espacio y tiempo; él había descubierto
flores detrás de su garganta, donde habitualmente ella guarda sus secretos,esos que aún quedan por decir, ella había aprendido con él a ver cada instante con una
mirada única, entendiendo que cada momento era irrepetible y juntos descubrieron
lo asombroso que era conocer a alguien que quisiera escuchar todo lo que pasa por
tu mente.
Él la
miraba y descubría en ella lo más dulce de su vida...
Cuánto amor se respira leyendo este relato!!! Es maravilloso amar.....Mil besos!!!
ResponderEliminar¿Esos amores existen?
ResponderEliminarQué bueno encontrar un amor así, Nieves, un abrazo!
ResponderEliminarUna hermosa prosa poética, Nieves.
ResponderEliminarMe encantó: él había descubierto flores detrás de su garganta, donde habitualmente ella guarda sus secretos...
Besos y que los Reyes te hayan dejado un rico regalo.
Un bellísimo relato. Bedos.
ResponderEliminarFeliz Año Nuevo.
Es besos.
ResponderEliminarYa intenté comentar por el móvil, pero no pude. Así que me he venido a pelear con el ordenador (ya le he condenado), para dejar constancia de mi paso.
ResponderEliminarHay regalos inmateriales que tienen un valor incalculable, y que solo tienen la apariencia de cosas pequeñas.
Ojalá tengan muchos más 5 de enero así, de bonitos.
ResponderEliminarUn beso,nieves.
Muchísimas gracias por vuestra visita y comentarios.
ResponderEliminarMil besos amig@s
:)
Cuando he comenzado a leer casi no he podido seguir. Recuerdo un 5 de enero, hace dos años, en el que viví algo especial con un regalo y una llamada de alguien a quien echo de menos. Me ha encantado Nieves.
ResponderEliminarUn besote