La luz anaranjada de la tarde
entraba por la ventana de la cocina, el horno y algunos fogones encendidos
mantenían una agradable temperatura el humilde hogar de Carmen.
Había
llegado de la tienda donde trabajaba un tanto cansada pero mientras almorzaba
en la banqueta de la cocina vio las moras rojas que se pondrían pochas si no
hacía algo con ellas. Decidió hacer una tarta. No le gustaba
ver como la comida y sobretodo la fruta se estropeaba, así que siempre hacía
almuerzos, meriendas o cenas alternativas donde poder utilizar de una manera
sutil y exquisita esos alimentos que se quedaban olvidados por desgana o
despiste.
Los
restos de harina, chocolates, moras y azúcar estaban esparcidos por la mesa
central. Una mesa de madera fuerte y con historia.
Cuando Tobías apareció con el pijama y con el rostro aún con expresión de durmiente ella le sonrió. Estaba sentada terminando de colocar las moras más enteras y con buen estado sobre la tarta a modo decorativo. Tobías recogió algunas que cayeron al suelo y las tiró en un pequeño cubo de basura.
Cuando Tobías apareció con el pijama y con el rostro aún con expresión de durmiente ella le sonrió. Estaba sentada terminando de colocar las moras más enteras y con buen estado sobre la tarta a modo decorativo. Tobías recogió algunas que cayeron al suelo y las tiró en un pequeño cubo de basura.
"Cuando
llegué estabas ya dormido" Le dijo ella sin dejar de poner moras en la
tarta.
"Hoy
tuve un día duro, hubo una avería y todo se complicó, Carmelo se calló de las
escaleras y bueno, no paso nada pero fue un susto. Luego lo llamaré"
" Y a ti como te fue... " Se sentó en otra banqueta
mientras comenzó a limpiar la mesa de los restos del trabajo de repostería.
"Bien,
comienzan a animarse, he tenido buena venta. Hubiera sido una gran
mañana si no fuera porque una señora se desmayó y me dio un buen susto. Se
recuperó al momento, una bajada de azúcar... "
Tobías
fue a enjuagas la bayeta y terminar de dar una pasada para dejar perfecta la
mesa. Se preparó un café y cogió dos pequeños platos. Para cuando
puso todo en la mesa ya Carmen había terminado la tarta y la colocó en el
centro de la mesa donde lucía de una forma hermosa.
Ella se
preparó un chocolate instantáneo. Él fue por los cubiertos que puso sobre las servilletas de papel para seguidamente de una forma cariñosa, abrazar por la espalda a Carmen acariciando su tripa que ya era prominente,
"no deberías trabajar tanto, descasa más" "estoy bien, no quería
que se estropearan las moras". Tobías acarició durante un rato el
vientre de la mujer mas bonita que había conocido, susurró palabras a su hijo y
a la mujer con la que compartía la vida.
Carmen
se giró y le besó, la tarde era silenciosa, la luz del día de aquel helado
Enero ya se perdía entre los tejados de las casas vecinas, sólo se escuchaba el
sonido de su beso y el roce de sus cuerpos. El teléfono sonó. Ella quiso
olvidar ese sonido que interrumpía el mejor momento de su día y él separó sus
labios, separó su abrazo con cierta desgana y cogió el teléfono para descubrir que era su amigo y
compañero de trabajo Carmelo para hablar de algo del trabajo. Carmen lo
miró mientras él hablaba, suspiró y se sintió privilegiada al tener un hombre
tan bueno y especial a su lado. Él le guiñó un ojo y le sonrió. Ella se
levantó un instante para acercarse la tarta y cortar un par de porciones.
...
Estaba deliciosa.
La gente pobre siempre sera mas feliz que la gente rica
ResponderEliminarHay hombres buenos con buenas mujeres, para compensar las relaciones tempestuosas que terminan en tragedia. Está genial contar lo bonito. Y olvidar por un momento lo trágico.
ResponderEliminarun relato muy interesante, hombres buenos por suerte todavía hay.
ResponderEliminarMe ha entrado unas ganas de comer esa tarta!!!
Las cosas sencillas de la vida son verdaderamente hermosas y más todavía se se sabe disfrutarlas.
ResponderEliminarUn abrazote, Nieves.
La felicidad descrita de la mejor de las maneras.
ResponderEliminarUn beso.
Que bien relatas esos momentos cotidianos....todo un placer leer como el amor fluye con cada sencillo gesto.... es maravilloso saber y poder disfrutas de las pequeñas cosas. Mil besos!!
ResponderEliminarQue lástima que esos pequeños detalles a veces pasan inadvertidos cuando son de lo más felices, y no los vemos.
ResponderEliminarBesos Nieves.
i love you kisses
ResponderEliminarMUCHÍSIMAS GRACIAS por vuestras palabras tan amables y por la visita a mi casita en cada una de mis entradas.
ResponderEliminarUn abrazo grandioso amig@s
:)
Otra historia de nacimiento, es alguna coincidencia? Un abrazo Nieves!
ResponderEliminar