Todos
habían vuelto a la ciudad. Atrás habían dejado los días de asuetos y
brindis al sol. Ella en cambio hacía el mismo recorrido de cada Viernes a
eso de las nueve de la noche. Aquél día tardó un poco más, la avenida volvía a
tener esos atascos que durante el verano consiguió olvidar.
Cuando
llegó a la puerta del cine, aparcó a Roxie - su vespa - en el mismo lugar, bajo
la techumbre de chapa, Rodrigo ya la esperaba.
Se
acercó a ella para abrazarla y darle un beso en la mejilla, Rodrigo había
elegido para ese día unos vaqueros y una rebeca fina pero que le abrigaría del
fresco de la noche, Morgana protegía su cuello con un fular.
Se
sentaron prácticamente en el mismo lugar de cada semana, ella a la derecha de
él. Aún faltaba un rato para que la noche callera y la sección de cine
comenzara .
Aquella
sería la última proyección del verano y con seguridad la última vez que tendría
oportunidad de montar a roxie, cuando llegaba el otoño prefería el
transporte público o utilizaban el coche de Rodrigo.
La
pared encalada, con ese blanco tan único te hacen recordar tiempos de
nuestra niñez, en el pueblo de los abuelos. Las enredaderas de la parra
suben por el muro y alguna lagartija explora territorios más allá de su hábitat
natural, algunos niños la ven y se acercan a ella, la mayoría de las
veces está a alturas inalcanzables, otras, no tiene tanta suerte y termina con
un trozo de rabo menos, que queda olvidado en la tierra de albero retorciéndose
como si aún formara parte de la lagartija que ya se escapa entre las ramas de
la vieja parra.
Rodrigo
coge de la mano a Morgana con la discreción que acostumbra. Ella acaricia la mano de Rodrigo con sus dedos suavemente.
"He
estado pensado en lo que hablamos"
"No
tienes porqué decirlo hoy, si necesitas un poco más de tiempo... " Tenía tanto miedo
a la respuesta, a la negativa de su propuesta que prefería no saber y vivir en
la esperanza permanentemente, por tiempo indefinido, porque si lo
rechazaba después de tantos meses, querría decir que no
estaba preparada, lo que es lo mismo que no se sentía cómoda con él y que
no lo quería, al menos lo suficiente.
La
pared se iluminó con el rectángulo que delimitaba la pantalla de cine.
Los niños corrieron raudos al lado de sus padres. Rodrigo se relajó
en la silla, echado hacia atrás y haciendo espirales con un mechón del cabello
de Morgana, ella acercó un poco su silla a la de él y posó su mano en la
pierna de Rodrigo.
La
publicidad previa al Film comenzaba, y justo en el anuncio de los
colchones, Morgana acerco su boca al oído de Rodrigo y musitó:
"Ya
tengo la maleta en el pasillo de casa"
Rodrigo
inventó normalidad, aunque en su interior estaba eufórico, con nervios y miedo a
este momento tan esperado. Aún tenía en su cabeza el momento en que le
pidió que se fuera a vivir a su casa, que compartieran la vida de una forma
natural y sin demasiada parafernalia.
Ambos
entendieron que el mejor momento sería después de las vacaciones, algunos
días antes de tomar el ritmo de sus respectivos trabajos. Morgana era
profesora y Rodrigo dibujante de comics.
"No
me dices nada?" Habían pasado varios segundos desde que le dio la
respuesta y aún permanecía petrificado mirando los tráiler de películas por estrenar.
Rodrigo
la miró con los ojos tan brillantes que no dejaban la duda a toda la carga emocional
que tenía aquél momento para él.
"Te
quiero Morgana, soy el hombre más feliz del mundo"
Ella
olvidó por un momento donde estaba y besó a su chico, no demasiado
efusivamente, sólo un suave beso que él le devolvió con otro con la misma
sutileza, mientras sentía los dedos de ella que acariciaban su cuello, como a
él tanto le gustaba.
Aquella
madrugada, más allá de media noche, Morgana y Rodrigo llegaron a casa juntos,
antes habían pasado por la maleta que esperaba en el pasillo.
Aparcó
a Roxie junto al coche ranchera de Rodrigo y durmieron juntos aquella
primera noche con la emoción del momento sin olvidar la incertidumbre de que
fuera un capítulo de sus vidas o el inicio de un para siempre...
El fin siempre tendrá un comienzo
ResponderEliminaris an honor to read you . kisses
ResponderEliminarJajaja.... Recuerdo como fue lo mío. Me pasé dos noches durmiendo solo hasta que decidió abandonar el nido, lo curioso es que era ella la que llevaba meses insistiendo en vivir juntos.
ResponderEliminarDe eso hace 12 años, y aquí seguimos...
Yo he decidido recluirme en un convento. Después del verano, tengo muy malos pensamientos.
ResponderEliminarBesos Nieves.
Muchas gracias chicos!!!
ResponderEliminarPor estar y compartir vuestros propios fragmentos de vida.
Un besito :)
Nieves, tuve que venir a visitarte porque no aparecías en las actualizaciones, te lo digo para que no te sientas mal cuando no aparezco yo! son cosas de los bloggers, paciencia! Hermosa y tierna historia esta de hoy, un abrazo!
ResponderEliminarNo te preocupes cristina, lo sé. De echo a mi me pasó lo mismo en estos últimos tiempos no me llegaron tus entradas, pero bueno... me pongo al día rápido :)
ResponderEliminarMil besos amiga !!!
:D