Os advierto que no soy un buen
tipo, no soy de fiar, no tengo un trabajo decente ni una vida asentada.
En
Septiembre cada año vuelvo al pueblo, a la vieja casa de Andoni, el hombre que
me cuidó cuando mi madre decidió dejarme en la plaza del pueblo reliado en una
manta y el césped de los jardines como cuna.
Andoni
murió hace cinco años. No me dejó más que la casa, y ya es mucho para un
ganadero arruinado.
Pero me
gusta llegar allí y sentarme en el porche inventándome el hombre que Andoni
siempre quiso que fuera y nunca fui.
Me
gusta pasar las últimas horas del día viendo el sol como cae lentamente en el
horizonte mientras los niños del pueblo salen a jugar y sus hermosas madres
conversan sentadas en los bancos esas cosas que las mantienen vivas y
risueñas. Me observan desde la distancia, lo sé, lo noto.
Me
reclino en mi asiento con el regusto al whisky y tabaco de liar, me
relamo con satisfacción, con poder y autoridad. Le saco brillo a mi
preciosa vespa ochentera, la primera que tuve comprada de mi propio dinero.
"Debes
ser el hijo de Andoni, soy nueva en el pueblo, todos me hablaron de tí,
me alegro de poderte saludar en persona"
Subí la
mirada ya que en esos momentos estaba comprobando el aire de las ruedas. Era
una mujer de aspecto sencillo, bonita pero sin demasiado arreglos ni remilgos.
Le di
la mano para saludarla, ella miró la vespa con ojos brillantes, "Es
preciosa, y se nota que tiene sus años ya..."
"Todavía
tiene un motor fuerte, para el pueblo es lo mejor"
"ya..."
Vi en
su expresión una carga de preocupación y de omisión... Venían a mi
muchos con esa carita cuando quería que les ayudara con esos asuntos que nadie
más le soluciona.
"
Que te pasa, sé que nos acabamos de conocer, pero si puedo ayudarte... "
“Bueno
no sé... ando angustiada porque después de 6 años en paro encontré un empleo
pero necesito transporte propio, no tengo carnet de conducir pero...
"
"Te
vendría bien esta vespa?”
“La
verdad es que si tuviera una vespa así mis angustias se esfumarían de inmediato
"
Diablos...
A veces los negocios me vienen solos, que fácil resulta crear pactos,
esos de dar y recibir, sin nada más que la palabra y un apretón de manos.
Metí la
mano en el bolsillo y cogí las llaves de la moto. "Si te doy la moto ahora
mismo, es decir te doy las llaves, los papeles de la moto y sales pitando
para tu casa, cuando te pida un favor, sea cual sea me lo harás?"
"Qué
clase de favor? " dudó
obviamente.
"No
sé, en estos momentos no puedo saberlo, pero si yo te doy la solución a
tu problema me gustaría que si alguna vez necesito tu ayuda pudiera tenerla”
"Bueno...
creo que si”
"No
puedes dudar bonita, los tratos se hacen sin dudas"
"Si
te ayudaré"
Alargué
la mano para darnos un apretón de manos.
Ella
cogió con alegría y sorpresa las llaves de la moto, por fin la suerte le
sonreía. Se sentó en el sillín y vio que arrancó a la primera.
"Que
pasa si no puedo ayudarte cuando me lo pidas"
"Podrás
mujer, no te preocupes"
Ella se
despidió recordándome que volvería a visitarle y dándome las gracias.
Estaba
claro que el mundo estaba lleno de ilusos, estaba claro que esa mujer
ya era de mi propiedad, tendría que aceptar mis reglas, y si no lo hacía,
que su dios la ayude... porque estaba jodida.
Cuando alguien me da su palabra y estrecha su mano contra la mía yo siempre cobro el pago, en esta vida o después de ella, realmente me es indiferente.
Ya os advertí que no era un buen tipo.
tienes un blog maravilloso
ResponderEliminarlleno de magia
Muy bueno
ResponderEliminarMuy bueno, me ha gustado. Estás hecha toda un artista, con los relatos que nos cuentas.
ResponderEliminarBesos Nieves.
Yo creo que al final el muchacho no va a ser muy exigente.
ResponderEliminarUn abrazo,Nieves.
Ah, tienes una "v" por ahí que es una "b".
Muy buen relato y malo el chico...
ResponderEliminarBesos, amiga
is an honor to readyou every day. much kisses
ResponderEliminarMe gustó, Nieves, describiste muy bien esa clase de tipos que no regalan nada sino que después se cobran el favor.
ResponderEliminarMe huele a que hay una segunda parte donde él va a reclamar la deuda.
Besos, guapa.
Y de esos tipos lamentablemente hay de sobra
ResponderEliminarBesos
Ay Nieves, la tierna historia tiene una vuelta de tuerca terrible! Este parece el diablo en persona, esperemos, un abrazo!
ResponderEliminarGracias por dejar tu visita. Me ha gustado tu relato, muy interesante.
ResponderEliminarbesos
ResponderEliminarMuchísimas gracias por vuestos comentarios, visitas y entrega en cada uno de mis textos.
Un millón de besos amig@s.
;D