Hoy eran las cuatro de la madrugada cuando desperté. Lo sé porque conozco las
luces de la noche tan bien como las del día.
Abrí
los ojos fijándolos en algún punto de la oscuridad de mi dormitorio. Desperté
con tanto frío que apenas pude reaccionar de inmediato. Palpé con mis
manos la cama buscando adormecida la colcha que se perdió entre mis piernas.
Conseguí
cubrirme con ella, me di la vuelta y me deslicé hacia ti, busqué tu
calor, el hueco entre tus brazos y el aliento de tu cuerpo.
Entré
en calor, me dormí.
Eran
las 8 de la mañana cuando el despertador me avisaba que era
hora de levantarse. Apenas tuve tiempo para descubrir la almohada a la que
estuve abrazada toda la noche.
Nieves, yo también abrazo una almohada, pero despierta! Me acomoda mejor para dormir. Pero soñar es otra cosa, no queremos despertar a veces de nuestros sueños, un abrazo!
ResponderEliminarEsa es la ventaja de dormir con dos almohadas
ResponderEliminarBs.
ResponderEliminarGracias por tu visita.
Lindo relato Nieves .
Feliz finde guapa.
is an honor to read ytou much kisses
ResponderEliminarEres genial!!!! Me encantó el relato.
ResponderEliminarGracias por devolverme una carcajada que tanto necesitaba.
saludos
Me gusta poder provocar una sonrisa, Muchas gracias por vuestras visitas y comentarios.
ResponderEliminarMil besos y feliz senana!!!
:D