Nómada

La primera ves que lo vi fue en la playa, sentado en la arena, silencioso,  con la mirada perdida en el horizonte...

Era de costumbre pasear de buena mañana a Sonic -mi perro-  que era ya mas amigo que mascota,  no era bonito ni amable con los desconocidos,  debió estar emparentado con algún cocodrilo porque   sus fauces siempre eran amenazadoras y temidas por algunos que ya la habían sentido en sus carnes... pero yo le quería y él me quería , eramos un buen equipo,  así que nuestro compromiso mutuo por cuidarnos y animarnos en los días mas tristes nos hacía seguir juntos.

Al día siguiente llovió y no salimos de casa pero el Sábado llegó luminoso y soleado, haciéndonos recordar a todos que la primavera estaba a la vuelta de la esquina;  llegué  a la playa y mis ojos buscaron en el mismo lugar donde vi a aquel sentado en la arena.  Hoy la playa  estaba concurrida, niños, abuelos, padres, surfistas...

pero al que buscaba no lo encontré.

Volví sobre mis pasos y descubrí que Sonic había desaparecido, me agité, me asusté y busqué con la mirada todos los rincones donde solía estar.  Lo llamé a gritos   ¡¡ SONIIIIIIIIC!!   

...  Allí estaban los dos, Sonic y el misterioso hombre, que resultó ser sólo un viajero en busca de algún lugar donde el cielo siempre fuera azul. El camino había sido largo, había estado demasiado tiempo lejos,  sólo había tenido la luna como única  amiga  con la que poder hablar.... construyó su propia fortaleza invencible, su propio mundo dedicado siempre a disfrutar.

Buscador de sueños y tesoros, de aventuras y pasiones, el camino había sido largo  y un día sin saber el porqué el viajero se detuvo,  se sentó frente al mar. 
El viajar lo hizo un hombre discreto y así convivió entre nosotros el tiempo que vio prudente. 

Un día se fue, se marchó a  la vida ya que las personas mueren lentamente si no viajan, si no leen, si no escuchan música, así que cogió esa mochila de la que nunca se deshizo y marcho con una sonrisa, la misma que nos dejó a todos los que le conocimos;  Sonic partió con él ya que hubo un día que dejó de seguirme a mí para seguirle a él.  Nunca fue mi mascota, fue mi amigo...  

Allá donde estén las estrellas y la luna le guiaran.

Serán anónimos viajero buscando un lugar donde el cielo siempre sea Azul.

Caminante, son tus huellas

el camino, y nada más;

caminante, no hay camino,

se hace camino al andar,

Al andar se hace el camino,

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Caminante, no hay camino,

sino estelas en el mar. 

(Antonio Machado)