Delirios

La imagen de su cuerpo desdoblado hizo estremecer todos sus sentidos, su consciencia parecía expandirse en toda la habitación.
Miraba su otro yo  que yacía tirado en la cama de mala manera, olía a vómitos e inmundicias...

- Te has adelantado, había sido tan sólo una idea fugaz.

La  sombra que le acechaba en sus momentos mas delirante se le acercó tímidamente...

- Tu llamada era distinta esta ves, me pareció que era fuerte y rotunda.   La sombra habló con gesto de confusión.

-  ¡¡Nunca te fíes de una borracha!!    Exclamó agitada creyendo que en su exaltación podía  haber algún ápice de retroceso en aquel desgraciado malentendido.

- Yo sólo acudo cuando me llaman, yo no juzgo ni pregunto.  Lamento haber sido tan eficaz pero creo que no hay vuelta atrás, debes venir conmigo.  La sombra terminó en susurros, animando a la infeliz que recorriera junto a  él ese transito,  que le acompañara al mundo de los muertos, a la dimensión del espíritu...

Confundida y  enfadada, maldecía refunfuñando su mala suerte, nunca antes sus peticiones habían sido escuchadas, sólo la muerte en un momento de flaqueza tubo a bien conceder sin problemas su petición.