Hoy Ángela no se ha levantado. Se ha quedado en la cama, con las cortinas echadas, en penumbras, ausente del día que pasa sin ella en él.
Escuchó el despertador a las siete y media de la mañana, sintió como Pascual se levantaba, se vestía, desayunaba y volvía como cualquier otro día a su puesto de trabajo.
Ángela lloraba, gimoteaba, en otros momentos su llanto era desconsolado.
Repetía en su memoria una y otra vez el momento en que descubrió que algo no iba bien; la sorpresa, el miedo, la llegada al hospital y el desolador, desgarrador desenlace.
El mundo seguía tal cual, como ayer, como mañana, Pascual había ido a trabajar como si tal cosa. Ella pasaba sus manos por un vientre vacío, un vientre que hasta ayer albergaba a una niña de seis meses y hoy... por culpa de ... no sabe porqué, nadie sabe decírselo.... hoy ya no estaba.
Angela y un presente desgarrador, el tiempo la ayudará, doloroso relato Nieves, un abrazo!
ResponderEliminarUn triste relato que nos desvela una situación que muchas veces se convierte en desoladora realidad para una mujer...
ResponderEliminarUn abrazo!
Triste y real, muchas pasan por ello, y aunque no lo he vivido si puedo entender porqué ella se siente así.
ResponderEliminarBesos
Tiene que ser horrible, una pérdida así no puede ser comparada con nada.
ResponderEliminarMil besos!!!
Una situación dura, muy cierta y muy frecuente, la estoy viviendo estos días con una compañera del trabajo y es tal como lo describes.
ResponderEliminarUn beso,Nieves.