Hubo un tiempo... tiempo pasado, tiempo futuro, tiempo lejano, en el que tuvieron dos lunas. Una de ellas, la más pequeña por su lejanía se acercó demasiado al sol. Explosionó, eclosionó como un huevo y de ella salieron miles de dragones que bebieron de la estrella ardiente.
Cuando los dragones llegaron al planeta de los hombres provocaron el terror y la desolación... aunque en el bosque de los árboles gigantes había un grupo de humanos que nadie supo como llegó allí, sólo ellos tuvieron la sabiduría y la fuerza para ser los elegidos. La familia de los árboles gigantes cabalgaban los dragones que surcaban los cielos como verdaderos dioses.
La Chamana de los dibujos pintaba en la gran piedra negra la vida que llegaría mientra su esposo volaba sobre el gran Dragón Valnor, conocido por su colosal tamaño y ferocidad.
Los otros pueblos temerosos y siempre inmersos en batallas no comprendían como no utilizaban a aquel animal volador con fuego en sus fauces para gobernarlos a todos. Muchos fueron los que pensaron en arrebatarle sus animales de la Luna, sin embargo no dejó de ser una abrasadora idea...
Como se podía ver en la Piedra Negra, esos animales que bebieron del sol sólo se dejaban montar por los moradores del territorio gigante.
Me encantan estos relatos fantásticos que brillan en tu imaginación Nieves! Un abrazote
ResponderEliminarBrillante relato de ciencia ficción, felicitaciones.
ResponderEliminarBesos, buena tarde Nieves
Guau!!!! Se podría hacer un corto de animación de esta historia... fantástico Nieves!!!
ResponderEliminarMil besos!!
Nieves que tengas un feliz fin de semana.
ResponderEliminarSaludos desde Andalucía (España)
MUCHÍSIMAS Gracias Cristina, Verónica patry, alcachofita.
ResponderEliminarInventé esta historia a raíz de la última imagen del relato anterior donde el cuadro que pintan posee dos lunas...
Un besote grande chicas!!!
:)