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♥ Entra y siéntete en casa ...

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martes, 11 de febrero de 2014

Certezas

Las lágrimas brotaron, silenciosas, con aspiración a pasar desapercibidas.   Alonso aunque estaba totalmente entregado al amor  pudo verlas caer,  se las apartó con su pulgar y la trató con más suavidad y amor, ella le sonreía y se dejaba llevar por el remolino de sentimientos y sensaciones.
Nunca imaginó que eso que llamaban amor fuera aquella explosión de consciencia, comprensión, de perfecta comunión con su persona favorita.
- En aquél momento no lo sabía pero aquella certeza llegó en el ecuador del trayecto que iban  a recorrer juntos -
Alonso le susurraba hermosas palabras, ella tuvo la certeza de que ya no podría albergar mas adoración ni afecto, ya no tenía para más protección, altruismo, magnanimidad,  ni idolatría, ya no había espacio ni para un gramo mas de ese puro amor, tenía la sensación de que explotaría, estallaría sin remedio dejando escapar el millón, el trillón de mariposas que aún revoloteaban dentro de ella a pesar de los años compartidos...  Y que haría sin aquel sentir, que hará cuando algún cruce de caminos los alejase para siempre, el simple echo de imaginar un mundo sin Alonso la sumergía en un pozo tan profundo como el mismo averno.
Por momentos el largo  flequillo  de Alonso  ocultaban sus ojos, aparecían y desaparecían mecido por el movimiento, en esos profundos ojos marrones se veía a ella misma, nadie en la vida se parecía mas a ella que él. Sus caminos estaban predestinados a juntarse, a ser uno,  como todos los caminos encontrarían una bifurcación, volverían a ser dos caminos y se alejarían tanto uno del otro... ¿Cuándo llegaría? ¿Sufriría? ¿Moriría por efecto de ese amor desgarrado? ¿Habría vida mas allá del mundo Alonso? Eran pensamientos  que aparecían como chispas en la mente de Luz,  porque a pesar de todo  aún le quedaba una pizca de realismo en algún rincón de su ser.
La música del casette se detuvo, ninguno estaba por la labor de darle la vuelta, habían pasado 45 minutos, - era lo que duraba la cara A de ese casette -  Alonso comenzaba a hablar, cuando no había música él hablaba, y siempre la hacía reír,  y la risa envolvía su lecho, envolvía su alcoba, envolvía todo el mundo  conocido.  Alonso la escuchaba reír y él reía también.  Aquel día mientras reía le apartaba nuevas lágrimas  que furtivas se escapaban por el rabillo del ojo mojando los cabellos de su amada.
- ¿Porqué me lloras, te molestó algo?  Sus brazos, su cuerpo era como una cueva donde Luz se sentía protegida y a salvo.
La muchacha alzó la mano y apartó el flequillo  de Alonso que volvía a caer sobre sus ojos ocultándolos, aún con la amplia sonrisa en su rostro,  Luz dudó  que decir,  los sentimientos la habían desbordado, de pronto sin previo aviso había descubierto que lo quería, que lo quería  de verdad, nunca creyó coincidir con un hombre de esa forma tan intensa y pura, y esa certeza había llenado con demasiada felicidad su corazón, su alma o donde fuera que se guardara ese sentimiento, fue tal la certeza,  que tuvo miedo a estallar de tanta dicha y las lágrimas brotaron para liberar una pizca de ese puro amor y así salvarla de desfallecer y perder el control. Eso era lo que sentía y así se lo hizo saber al hombre que yacía junto a ella. Ahora Luz se sentía mejor,  él se recostó sobre el vientre de ella y le insinuó que tendría que quererla una pizca menos, pero no por ello iba a dejar de ser su persona favorita.


Tres años después Luz descubrió que había vida después del mundo Alonso,  que no sufrió ni murió por efecto del amor olvidado, que no hubo desgarro ni dramatismo, la bifurcación llegó  justo cuando tenía que llegar siendo ella la que eligió el cuándo, se alejaron tanto, tanto ...   y hubo mas hombres en su vida, más de los que a ella le hubiese gustado,  incluso volvió a enamorarse, cree recordar que en un par de ocasiones más.
Los años han pasado, puede que media vida, rápida como un cohete, inconsciente, incoherente, atropellada y alocada. Pese a que rara vez lo recuerda, sabe que ese puro amor a alumbrado su mundo como un faro dándole protección y seguridad siempre, y le queda de ese puro amor para toda la vida.






9 comentarios:

  1. Nieves, muy buen relato.
    La vida nos lleva por derroteros a veces inesperados, poco a poco vamos a su encuentro.
    Besos

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  2. Es que ese amor nunca se puede olvidar Nieves, hermosa historia de vida, un abrazo!

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  3. Es verdad Nieves, hay amores que no se pueden olvidar nunca y siempre permanecerán con cariño en el recuerdo....
    Mil besos!!!

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  4. reposado y buen relato, bien narrado.

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  5. Nada es para siempre y los amores intensos, tampoco. Sin embargo impregnan la vida con su esencia.
    Muy bueno, Nieves.
    Besotes.

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  6. Qué relato tan bonito Nieves! No encuentro otras palabras, me ha dejado embobado...


    Un abrazo!

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  7. Muchas gracias amigos por estar ahí siempre...

    Un besote :)

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  8. La protagonista de tu relato ha vivido. Eso es importante. Me ha gustado el giro final, del deseo al olvido y de ahí a seguir amando, normalmente con menos fuerza.

    Besos Nieves.

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  9. *Jaal, la vida en ocasiones trae estas cosas, saber seguir tu camino sin rencores, amando si toca, aunque dentro de uno se sepa que puede que algún amor se quedara dentro y ahí se quedará siempre...

    Besos amigo!!!
    :)

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Hola chic@s!!!!
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